El desafío independentista
El desgobierno de Mas: sólo ha aprobado una ley en seis meses
Recuperación económica, cohesión social y transición nacional para ejercer el derecho a decidir. Éstos son los tres grandes ejes que trazó el presidente de la Generalitat, Artur Mas, después de las elecciones del pasado 25 de noviembre. En breve, se cumplirán seis meses de aquellos comicios y, a la vista de su acción de gobierno, puede concluirse que hay un eje que ha primado sobre el resto: el centrado en impulsar el proceso soberanista. Mas ha tomado ya una decena de iniciativas en este sentido. Hoy, en el Palau de la Generalitat, se visualizará la última, ya que el president ha convocado una cumbre para impulsar la celebración de una consulta soberanista en el año 2014.
El president ha citado a las 18:00 horas a los partidos favorables a ejercer el derecho a decidir (ERC, PSC, ICV y CUP ) y al mundo local con el objetivo de definir cómo se orienta el proceso soberanista hacia la sociedad civil. Mas intentará dar un nuevo empujón a la causa, después de haber demostrado una enorme perseverancia para no perder el rumbo a Ítaca desde que fue reelegido president con el aval de ERC.
La legislatura se inició con la aprobación de una declaración de soberanía que definió a Cataluña como «sujeto político y jurídico», una iniciativa con la que Mas dejó clara la prioridad de esta legislatura. Desde entonces, el goteo de proyectos relacionados con el derecho a decidir o bien con la construcción de «estructuras de Estado» no ha cesado. En contraste, el haber de proyectos de ley centrados en la recuperación económica o la cohesión social es pírrico. El Govern únicamente ha aprobado uno en este tiempo, el de accesibilidad para garantizar la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
El resto de su acción de gobierno no vinculada al soberanismo ha sido, en síntesis, una relación de planes con aparente intención estratégica. Se ha aprobado un programa para reducir un 25 por ciento las empresas públicas, una memoria previa para blindar la protección social, un plan de seguridad alimentaria, el plan de juventud 2020 y un plan del derecho a la vivienda. No hay noticias de la reforma del Servicio de Empleo de Cataluña, ni de la ley de la Ciencia, ni de la ley de promoción y autonomía personal, ni de la reforma de la renta mínima de inserción, entre otros.
«Estructuras de estado»
Lo que sobresale es el choque con el Gobierno –la presentación de requerimientos y de recursos al Tribunal Constitucional ha sido constante– y la retahíla de iniciativas soberanistas. Mas ha puesto en marcha su propio organismo diplomático (Diplocat), ha aprobado un programa para definir el modelo de una hacienda propia, ha creado el consejo asesor para la transición nacional y ha dado luz verde a la memoria previa al proyecto de ley de Acción y Servicio Exterior.
Todo ello sin descuidar clásicos de la política nacionalista como otorgar una línea de subvenciones para el doblaje y la subtitulación en catalán, organizar cumbres para defender que el catalán siga siendo la única lengua vehicular en la escuela y reconocer comunidades catalanas en el exterior.
Hoy, Mas volverá a estar en la salsa soberanista, aunque, según su mano derecha, el consejero de Presidencia, Francesc Homs, la cumbre está muy relacionada con el combate contra la recesión. «El encuentro tiene que ver con el derecho a decidir y es en términos de salir de la crisis y luchar contra el paro», aseguró.
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