Política

Violencia de género

«El Rey del cachopo» a la nueva jueza: «El que haya hecho eso a Heidi que le cuelguen de una pica»

César Román declaró ante la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 6 que, desde ahora, instruirá su caso

Dos agentes de la Guardia Civil conducen a César Román a los juzgados de Plaza de Castilla.
Dos agentes de la Guardia Civil conducen a César Román a los juzgados de Plaza de Castilla.larazon

Como era de esperar, un Juzgado de Violencia sobre la Mujer ha asumido el caso del “Rey del cachopo” dados los indicios existentes de que se trate de un caso más de violencia de género. La investigación la llevará desde ahora María del Carmen Gámiz, titular del número 6 de Violencia sobre la Mujer, después de que la instructora del Juzgado de Instrucción número 32 de Plaza Castilla se inhibiera a favor de un juzgado de este tipo el pasado 20 de noviembre.

El abogado de César Román, Javier Notivoli, dudaba de que el juzgado fuera a asumir la causa (y, en ese caso, debería haber resuelto la Audiencia Provincial) porque consideraba que no se podía acreditar al existencia de una relación sentimental entre la fallecida y su cliente. Pero el principal sospechoso de la muerte de Heidi Paz, cuyo cadáver fue localizado en una nave de Usera el pasado 13 de agosto, sí ha reconocido una relación con la hondureña aunque fuera, según él, “superficial”. Así, con nueva jueza al frente de la investigación, el acusado volvió a prestar declaración en sede judicial, aunque prácticamente repitió lo ya declarado.

La principal prueba de cargo contra él, además del cuerpo de la joven de 25 años, es una huella suya en un bote de sosa cáustica que fue hallado en el lugar del crimen. El torso de la chica había sido rociado con este producto químico para tratar de dificultar su identificación. Sin embargo, Román trata de desvincularse de este indicio argumentando que en la nave de Usera ya se habían comenzado a practicar labores de limpieza para lo que iba a ser su nuevo local de hostelería y que él recepcionaba los productos que traían los proveedores. Una explicación algo vaga y ambigua que podría ponerle contra las cuerdas. De hecho, los investigadores podrían contar con el testimonio de alguien que pudo venderle el bote y que le reconocería. La defensa del acusado, sin embargo, sostiene que esto no está en el sumario.

En su declaración judicial, producida el pasado 20 de diciembre, Román volvió a repetir que “mucha más gente” tenía acceso a las llaves de la nave (empezando por la propia Heidi) y que ambos debían dinero. Fue por esa supuesta amenaza de muerte por lo que abandonó Madrid y se fue a Zaragoza y cree que los mismo que le amenazaron a él (unos supuestos

extorsionadores entre los que, dice, hay policías) están detrás de la muerte de Heidi.

“El que haya hecho eso merece que le cuelguen de una pica”, dijo en sede judicial, según fuentes cercanas. El preso preventivo sigue en Soto del Real mientras el proceso judicial sigue su curso, pendiente de la práctica de nuevas diligencias.