Pascua Militar
«España tiene bajo nivel de patriotismo»
«Me hice reservista para defender a España», asegura este teniente de Infantería de Marina que, además, es policía en Gerona.
Josep Palouzié i Vizcaya (Barcelona, 1958) hizo la mili en 1978 en Infantería de Marina. Fue su único contacto con las Fuerzas Armadas y, de hecho, desde 1983 ha ejercido como policía, siendo en la actualidad jefe de la Policía Municipal de Gerona. Pero no se olvidó de las Fuerzas Armadas y de su experiencia, y en 2006 tuvo la oportunidad de alistarse como reservista voluntario. «En la primera convocatoria se lo dije a mi mujer y me contestó que estaba loco, pero como la segunda vez no puso tantas pegas, me apunté», asegura orgulloso. ¿Por qué? «Por espíritu patriótico, por ejercer mi derecho de defender a España, por colaborar con las Fuerzas Armadas...». Sin dudarlo, enumera un sinfín de motivos que le llevaron a enfundarse de nuevo el uniforme.
Así que ahora Josep es, además, teniente de Infantería de Marina y secretario de la Asociación de Reservistas Voluntarios Catalanes. Es uno de los cerca de 5.000 españoles que han decidido dedicar parte de su tiempo a colaborar con las Fuerzas Armadas y servir a España para, entre otras cosas, «recuperar el patriotismo, porque tenemos un país con bajo nivel de patriotismo». Por eso cree que los ciudadanos «deberían servir y defender a España» en algún momento de su vida y ve «un error» el fin del Servicio Militar Obligatorio, porque «permitía conocer a España, a otros españoles, convivir bajo una bandera y prestar un importante servicio, que es una manera de generar ese patriotismo», asegura.
Y, pese a vivir en Gerona, como reservista «estoy asignado en la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid (AGRUMAD) en la compañía de seguridad». Bromeando, destaca que «los reservistas somos una especie de fijos discontinuos que nos activan, si hay suerte, una vez al año. El mes que me activan voy a mi unidad y allí presto servicios de mi categoría, en este caso de teniente», explica. Sus tareas son «las normales de una compañía que se dedica a proteger el Cuartel General de la Armada y algunos destacamentos de la Marina en Madrid», cuenta, mientras recuerda que «me convocaron en octubre y tuve el honor de coincidir con el Día de la Hispanidad, por lo que pude desfilar con mi compañía por el Paseo del Prado y también pude participar en una jura de bandera civil en Leganés (Madrid)».
Cree que en España los militares «están muy poco valorados», al contrario que a nivel internacional, donde «ha aumentado su prestigio». Considera que «el no tener muchos conflictos bélicos cercanos o el cerrar acuartelamientos ha hecho que en muchos lugares las Fuerzas Armadas se vean como algo extraño. Salvo en lugares como Madrid, por la concentración que hay, fuera de allí no ves un militar ni por casualidad». Pero él considera que los uniformados españoles «están haciendo un esfuerzo extraordinario. Son profesionales con los que tengo el orgullo y el honor de compartir un tiempo al año; están súper preparados y con una vocación de servicio extraordinaria que muchas profesiones ya podrían tener». Y sobre todo, valora su «nivel humano».
Todo esto lo dice un ciudadano catalán y español, que reconoce que la situación en su comunidad o en el País Vasco «es atípica. Ser español aquí a veces cuesta». Y si además eres militar o estas vinculado a las Fuerzas Armadas, «es un elemento más que se añade para que algunos sectores te miren como un bicho raro». Hay quienes, incluso, «cuando le explicas que eres reservista y te vas un mes se preguntan que qué se te ha perdido», pero «cuando te conocen ven que eres una persona normal, padre de familia, que trabaja, que no eres una facha ni un tío raro y lo entienden algo más». Por ello reclama que se potencien más las figuras como la del reservista, porque «no hacerlo es un error».
Asegura, en relación a ese discurso independentista de romper la unidad de España, que «es muy fácil hablar y hacer declaraciones de ese tipo, pero la realidad es más compleja». Considera que «es molesto, desagradable y hasta te sientes utilizado» cuando una minoría decide por el conjunto de los catalanes, y hace hincapié en que «mientras no seamos capaces de reconvertir esta situación y hacer de España una idea atractiva y que nos una será difícil que se entienda».
Por ello, su asociación fue una de las que animó a los catalanes a alistarse en las Fuerzas Armadas en el verano de 2003. Y miles de ciudadanos respondieron haciendo cola en los cuarteles. ¿Cómo lo vivió? «Como un hecho normal, porque aunque las élites políticas hicieron su propio discurso, hay un sector de la población que, por ejemplo, el 9-N se fue a la playa y la opinión que dicen es mayoritaria no lo es».
Mas allá de polémicas secesionistas, este teniente considera que la celebración de hoy supone «el reconocimiento de Su Majestad a la tarea que hacen los militares en defensa de España. Lo compararía con el 12 de octubre, con poder salir a la calle vitoreado por miles de ciudadanos que aman a España. Es algo que emociona».
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