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Congreso

Feijóo exige Presupuestos como garantía para hablar de Defensa

Resuelve el cara a cara con un tono más institucional frente a los «44 minutos de ataques de Sánchez»

Un posible pacto de Estado en materia de Defensa entre los principales partidos políticos es, hoy en día, una quimera. Más después de que el PP comprobara ayer que el Gobierno no tiene un plan para aumentar el gasto en Defensa.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, intentó hasta la extenuación arrancar a Sánchez la noticia. Esto es, saber con detalle la inversión concreta en Defensa, el tiempo y los medios para llevar a cabo el incremento. Nada sirvió. Y es que Feijóo quiere realmente, como líder de la oposición –y con aspiraciones a gobernar en España– conocer el plan, ser partícipe de él y poder rubricarlo. Sin embargo, no encontró intención ninguna por parte del Gobierno para firmar un acuerdo de Estado. Tan solo ataques por parte de Pedro Sánchez, «hasta 44 minutos» utilizados en esta empresa, según contabilizó el equipo de Feijóo.

Las condiciones de Feijóo para hablar de Defensa

Así, el PP abandonó el Pleno con la convicción de que Sánchez busca que le firmen un «cheque en blanco». Ante esta sensación, Feijóo le sacó de la confusión. «No estoy a sus órdenes». Y le recordó lo que ya le dijo en su investidura. «Si lo que pretende es que el PP sea su socio auxiliar cuando los demás le fallen, olvídese».

Feijóo, en un papel muy institucional y radicalmente distinto al que interpretó Sánchez, sí dibujó un escenario en el que, de cumplirse, sí podría conducir a un mínimo acercamiento entre PSOE y PP. O al menos a un punto de partida para hablar. Son varias las condiciones que deberían cumplirse. La primera de ellas pasa porque el presidente del Gobierno presente en el Congreso el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. «Con absoluta transparencia», recalcó el líder del PP. «Este es el primer punto de cualquier plan de defensa», advirtió. En un tono muy contundente dejó claro que Sánchez solo cuenta con dos opciones, «o se somete a las Cortes o elecciones». Para el PP, pasar por las Cortes significa comprobar que continúa teniendo apoyo para gobernar a través de la presentación de presupuestos, vinculando el plan de Defensa a votación o convocando el debate del Estado de la Nación. Un primer paso para que el PP no le reproche su actitud de «autócrata».

Un segundo punto de partida, que podría suponer el deshielo entre Gobierno y oposición, implica conocer datos concretos. El PP lleva tiempo denunciando que tiene más información sobre la situación geopolítica y del contexto de guerra gracias a sus socios conservadores en Europa que por parte del Gobierno español. Es por eso que ayer Feijóo insistió e insistió en pedir explicaciones sobre el plan de defensa. Un intento en balde, puesto que Sánchez se enrocó y rechazó ofrecer información alguna, a pesar de la decena de preguntas con las que buscaba respuestas. Las mismas, por cierto, que Feijóo ya le había transmitido a privado a Sánchez, en la ronda de consultas en Moncloa. El objetivo del PP era que la ciudadanía conociese por boca de Sánchez cómo va a cumplir España con Europa. «Conocer los riesgos», espetó Feijóo.

Reunión con el JEMAD

Y es que, saber cuánto va a gastar España cada año para aumentar el PIB en defensa o de dónde van a salir esas partidas, y sí van a suponer más deuda para repartir entre los españoles, es fundamental para los populares porque Feijóo aspira a ser el próximo presidente del Gobierno. Entiende que los compromisos que hoy asuma Sánchez ante Europa y la OTAN le condicionarán también a él en una futura legislatura.

Con algún dato, con un documento firme, podría tener el PP algo de certidumbre para empezar a hablar. Una vez recabada esta información, Feijóo condiciona su visto bueno a que Sánchez pida la autorización al Congreso.

Por último, Feijóo deslizó que le gustaría reunirse con el JEMAD y los responsables de los tres ejércitos para «concretar» el alcance y el contenido de un plan de inversión militar que cuente con el consenso de los dos principales partidos y dé fuerza a España ante Bruselas. Pero este escenario es una utopía porque Sánchez buscará la fórmula con la que pueda cumplir con la OTAN y, a la par, no soliviantar a sus socios. Un «parche» en forma de decreto, quizás.