Íñigo Onieva se asocia con Cristiano Ronaldo en el club más privativo de Madrid

Íñigo Onieva está de celebración. Y no, no solo porque acaba de alcanzar los 36 años, fecha señalada por la que organizó una fiesta por todo lo alto al más puro estilo “Corrupción en Miami”, sino porque su próxima aventura empresarial está a punto de materializarse.

Tras su fructífero paso por Casa Salesas, el restaurante de Madrid que ya se ha convertido en uno de los favoritos de los más pijos, el marido de Tamara Falcó se asocia con Cristiano Ronaldo y Manuel Campos Guallar en un nuevo proyecto que tiene como protagonistas a la noche y la fiesta, uno de sus sectores favoritos.

Cristiano Ronaldo e Íñigo Onieva abren el club más privativo de Madrid

Se trata de Vega Private Members Club, un exclusivo local en el que Onieva participa en calidad de socio ejecutivo y que, tal y como ha adelantado “Vanitatis”, abrirá sus puertas el próximo mes de octubre en plena Milla de Oro de la capital.

La idea es construir un exclusivo club en el que la jet pueda reunirse para socializar y cerrar negocios en un entorno en el que la privacidad está asegurada. Una de las principales normas del local será la prohibición sin excepciones de realizar fotografías en su interior.

Además, la única forma de hacerse socio del club será con una invitación o recomendación previa de otro miembro, y una vez que se forme parte del selecto grupo habrá que desembolsar una cuota que, por supuesto, será igual de privativa.

El espacio de cerca de 1000 metros cuadrados ya se encuentra en obras, y la decoración y el estilo de Vega correrá a cargo de Lázaro Rosa-Violán, el reputado interiorista.

El sello que se encuentra detrás de Vega es Tatel, una sociedad especializada en la restauración de lujo y propiedad de Manuel Campos Guallar y Cristiano Ronaldo. El primero es un viejo conocido de Onieva, puesto que ya trabajó junto a él en Casa Salesas. Parece que formaron un buen equipo y ahora quieren dar un paso más en su consolidación como empresarios de la noche y el ocio madrileños.

De hecho, esta es la tercera incursión que Onieva realiza en un sector en el que debutó hace varios años con Lula Club, la discoteca de Gran Vía en la que trabajó como relaciones públicas antes de casarse con Tamara Falcó.

Hay quien dice que una de las condiciones que puso la marquesa para perdonar a Onieva -que le fue infiel en un festival de música en Estados Unidos- fue que se alejara de la noche y la fiesta. El empresario aceptó y, ahora, su única relación con la juerga es estrictamente profesional.