Pasarela de princesas

Encajes y sedas, bordados de pedrería, finísimas plumas, joyas de ensueño, en fin... ¡Tanto glamour! En realidad es lo que se esperaba de un acontecimiento de semejante magnitud. Un día para la Historia y muchas imágenes para la memoria.

Encajes y sedas, bordados de pedrería, finísimas plumas, joyas de ensueño, en fin... ¡Tanto glamour! En realidad es lo que se esperaba de un acontecimiento de semejante magnitud. Un día para la Historia y muchas imágenes para la memoria del resto de las mortales, quienes seguro ya tienen prevista en su agenda alguna que otra boda en los próximos meses. Si las «celebrities» que pasean palmito en la ceremonia de los Oscar de Hollywood nos inspiran, lo que consiguen las reinas y princesas cada vez que la ocasión lo permite no se queda atrás. Aquí, no cabe duda, el protocolo manda por encima de todo ¡pero el siglo XXI también! y esta vez si hay algo que ha quedado patente es que todas ellas han representado a mujeres de hoy en día y que la pasarela real ha sido una auténtica delicia. El azul elegido por la reina Máxima no podía haber sido más acertado. No sólo por ser considerado como el «azul real», sino porque, además, este verano marca tendencia.

También están de moda los tonos pastel, como el rosa pétalo que ha lucido la bellísima Matilde de Bélgica, el azul pálido elegido por Camilla Parker Bowles o, algo más grisáceo, el que ha pintado el maravilloso vestido de la Princesa de Asturias, realizado por Felipe Varela. A ella también la aplaudo por la elección de su tocado, creación de María Nieto. Sin duda, el más apropiado para una ceremonia de mañana. El protocolo dicta que el sombrero debe ser más bien pequeño y siempre dejando la sien izquierda al descubierto, por ser ésta la mejilla de la cara que se utiliza para besar a las otras señoras y la que el caballero ve de su acompañante. También ha habido medidas anticrisis y hemos visto cómo la mismísima reina Máxima ha repetido el espectacular modelo de Valentino en rojo pasión que ya lució en 2008 o cómo la duquesa de Cornualles ha optado por sacar de su vestidor el tocado de plumas que llevó el día de la boda del príncipe Guillermo de Inglaterra. Lo dicho, ¡quién dijo Hollywood!