España

Váyase señor Rubalcaba

La Razón
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Alfredo Pérez Rubalcaba, que quiso primero que le llamara solamente Alfredo y ahora Alfredo P. Rubalcaba, no se siente cómodo en el traje de su propio nombre. Mal para un político del gobierno que ostenta el cargo de vicepresidente primero y, peor aún, para todo un candidato al que todos en su partido le piden que abandone, que se vaya. Ni siquiera si fuese para marear la perdiz le sirve la estratagema de jugar con su nombre. Don Alfredo, como don Tancredo, sigue de pie en la silla o en el ruedo sin moverse no vaya a ser que le pille el toro. Que eso ocurra en la más alta instancia del Gobierno de la nación es preocupante, por no decir alarmante y muestra de que se precisa con urgencia un relevo en el mismo, aunque sólo sea propiciando el adelanto electoral. Aún ganando el PSOE, España podría experimentar una reactivación económica, imagínense si es el PP quien se alza victorioso. Pero no. Eso no va con los intereses de Alfredo Pérez Rubalcaba que ante la necesidad de intentarlo después de toda una vida en política, le lleva a la ceguera de no ver que puede acabar peor aún que su predecesor, que ya es. No me gustaría que España acabara como Grecia, pero eso sólo dependerá de nosotros y de nuestros gobernantes. Tenemos años muy duros por delante, con una clase política ciega, sorda y muda, que lo único que puede hacer por el bien de todos es irse a casa.