Bruselas
EuroRajoy: La UE se juega en seis meses todo su futuro
Europa ha tardado en convencerse de que la caída de España sería la del euro y toda la UE, pero la cumbre de Bruselas cambiará el rumbo
BRUSELAS-La Unión Europea, y especialmente España, tienen ante sí un semestre sumamente intenso para hacer realidad la hoja de ruta marcada por los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas. Las medidas aprobadas, a corto y medio plazo, suponen un acelerón en la construcción europea que puede ser determinante para generar confianza y, por ende, una solución a la crisis de la deuda que ahoga las economías periféricas.
Esta semana arrancará con fuerza en Bruselas el trabajo de los técnicos de los 17 países del euro, el Consejo y la Comisión, que deben preparar los documentos que aprobarán los ministros del Eurogrupo el 9 de julio. Los líderes les han encomendado aplicar las ideas recogidas en la declaración de la cumbre del 29 de junio, que contempla medidas a corto plazo para estabilizar los mercados y romper el círculo vicioso entre bancos y emisores soberanos. Ese día, el ministro de Economía, Luis de Guindos, y sus homólogos deberían aprobar también el documento sobre las condiciones del préstamo para la banca. Entre otras cosas, se conocerá el plazo, el tiempo de cadencia, los tipos de interés y la cifra total del crédito, teniendo en cuenta que se ha contabilizado inicialmente una necesidad de capital de 62.000 millones en un escenario extremo.
Previamente, el 5 de julio, el Banco Central Europeo se habrá reunido para decidir si rebaja los tipos de interés y los analistas no descartan una rebaja de 0,25 puntos para animar la inversión.
El mismo 9 de julio debe entrar en vigor también el nuevo fondo de rescate, el Mecanismo de Estabilidad Europeo, pero el plazo podría no cumplirse, debido a que la ratificación parlamentaria de Alemania debe ser validada por su Tribunal Constitucional. Un día después, se unirán a los titulares de Economía de la zona euro los de los países sin moneda única, para debatir dos proyectos de reglamento para la supervisión presupuestaria reforzada de la zona del euro que establecen normas para la vigilancia y evaluación de los presupuestos.
Y en el marco del «semestre europeo» para el control anual de las políticas fiscales y reformas estructurales de los países, el Consejo adoptará las recomendaciones para cada Estado miembro sobre sus programas de reforma y de estabilidad y convergencia.
Ya a finales de julio, España tiene que presentar su plan de reducción del déficit para 2013 y 2014, en función del cual la Comisión decidirá si le concede un año más para alcanzar el 3% de déficit. Tal como están las cosas, las cuentas públicas españolas deben recortar unos 60.000 millones de euros hasta 2014.
Si todo va bien, la Comisión prevé que en octubre España pueda recibir el primer pago del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para la banca, a través del FROB. En paralelo, deberá conocerse la propuesta para crear un supervisor bancario único, con el objetivo de que pueda ser aprobado por los estados miembros a finales de año. Cuando esto sea así, y el préstamo a la banca española sea traspasado del FEEF al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), estas cantidades irán directamente a los bancos y no computarán como deuda pública. A partir de ahí, Europa ya caminará por otra senda, la de la unidad fiscal, monetaria y bancaria.
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