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El BCE despliega toda su artillería para garantizar que fluya el crédito

Trichet reactiva la «barra libre» de liquidez, compra deuda a los bancos por 40.000 millones y mantiene los tipos. Merkel garantiza las ayudas al sector

El BCE mantiene los tipos de interés en el 1,5 % pese a las tensiones
El BCE mantiene los tipos de interés en el 1,5 % pese a las tensioneslarazon

Berlín- En septiembre de 2008, la quiebra de Lehman Brothers desató las dudas sobre la solidez del sector bancario mundial. El efecto fue inmediato: los bancos dejaron de tener acceso a la financiación y el crédito a empresas y particulares cesó, empujando al mundo a una recesión que todavía colea. Ahora, con el fantasma de una recaída cobrando cuerpo, todas las instituciones internacionales, sin excepción, tratan de evitar por todos los medios que la liquidez no se seque y pueda seguir engrasando la economía.

Capital ilimitado
Guiado por este principio, el BCE anunció ayer otra serie de medidas «no estándar», como las calificó la propia institución, para garantizar la financiación de la banca. El Eurobanco va a garantizar liquidez ilimitada a las entidades hasta julio de 2012 en las operaciones semanales y mensuales de refinanciación, según anunció ayer su presidente, Jean Claude Trichet, en su última comparecencia tras ocho años al frente de la institución.

No será, sin embargo, la única medida de grueso calibre del BCE. La institución también anunció la reactivación en noviembre del programa de compra de bonos garantizados a la banca por 40.000 millones de euros. Además, va a prestar a las entidades de la zona euro toda la liquidez que soliciten en dos operaciones con un vencimiento de un año para garantizar que tienen efectivo, como ya hiciera en 2009. El BCE conducirá una operación de inyección de liquidez en octubre con vencimiento de doce meses y otra en diciembre con vencimiento a trece meses.

Trichet justificó la adopción de tan extraordinarias medidas en las crecientes dificultades que está teniendo la banca para financiarse por el temor de que algunas entidades muy expuestas a la deuda de países como Grecia o Portugal deban asumir fuertes pérdidas si, finalmente, estos países no pueden atender sus compromisos. «Hemos constatado que los mercados no funcionan correctamente», resumió Trichet, que decidió mantener los tipos en el 1,5% tras recordar que la inflación ha subido cinco décimas, hasta el 3%.

A la ofensiva del BCE se sumó el Banco de Inglaterra, que inyectará 86.000 millones de euros en la economía británica, elevando así su programa de estímulo hasta los 315.000 millones de euros, según informa Celia Maza. La entidad decidió también mantener invariables en el 0,5% los tipos.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y la canciller alemana, Angela Merkel, recalcaron ayer que se emplearán todos los medios políticos y financieros necesarios para estabilizar a los países y bancos de la eurozona con problemas. Sus declaraciones tuvieron lugar en una rueda de prensa multitudinaria en la cancillería berlinesa, tras un encuentro preparatorio de la próxima reunión del G-20, de marcado carácter financiero, en el que también participaron los dirigentes de la OCDE y el Banco Mundial.

Las acciones emprendidas por el BCE y el Banco de Inglaterra y las declaraciones de Lagarde y Merkel fueron recibidas con euforia en las bolsas. El Ibex 35 trepó un 2,68%, hasta los 8.704 puntos, mientras que el resto de parqués europeos también subieron con fuerza. El de Londres lo hizo un 3,7%, mientras que Milán subió un 3,6% y Fráncfort un 3,4%.


La presión de Obama y la rebaja francesa
El presidente de EE UU, Barack Obama, reclamó ayer a los líderes europeos que presenten antes de la cumbre del G-20 del próximo mes «un plan claro y concreto» de medidas contra la crisis de la deuda. En una rueda de prensa, Obama opinó que la situación en Europa está afectando de manera «muy real» a la economía de EE UU y a los mercados globales. Subrayó que los gobernantes europeos «reconocen la urgencia de la situación», una crisis que obligó ayer a Francia a rebajar su perspectiva de crecimiento desde el 2,1% hasta el 1,7% para este año.