ANÁLISIS: Una fractura definitiva por Alfonso Merlos

–¿Palestina ha dado un gran paso con su reconocimiento en la Unesco?
–Sin ninguna duda. Aunque hasta la fecha ya existía una cooperación en diversos grados entre la ANP y esta institución señera de Naciones Unidas, a partir de ahora habrá una integración plena. No sólo es importante el fondo del salto sino la forma, ya que se ha admitido por numerosos Estados, la imperiosa necesidad de poner fin a lo que se consideraba una «injusticia histórica».

–¿Cuál es la consecuencia inmediata de esta decisión?
–A corto plazo, en cuestión de días se reavivará el debate sobre el reconocimiento del Estado palestino como miembro de pleno derecho con asiento en la Asamblea General de la ONU. En este sentido, se ha fijado un antecedente positivo para la comunidad árabe. Más si cabe en la medida en que la Unesco, por encima de sus proyectos educativos y culturales concretos, funciona como un referente para la promoción de un clima de paz, diálogo, cooperación y desarrollo entre pueblos y naciones.

–¿Significa este triunfo palestino una derrota para Israel y Estados Unidos?
–Así es. En lo que debe ser leído como un juego de suma cero, Washington sólo ha podido conseguir el apoyo de un número muy reducido de micro-estados tercermundistas para obstaculizar de forma fallida un éxito diplomático de la ANP. Hasta tal punto llega el fiasco que, de forma automática la Administración demócrata ha anunciado la suspensión de pagos a la Unesco para el mes de noviembre, unos sesenta millones de dólares. No es la primera vez que Estados Unidos, que aporta prácticamente el 25% del presupuesto de la institución, utiliza mecanismos de presión para denunciar decisiones que considera improcedentes y erráticas.

–¿Habrá repercusiones directas en el proceso de paz?
–Con toda seguridad se entrará en una nueva fase de bloqueo y ruptura. Si bien la delegación palestina ha presentado este avance como muestra del consenso internacional y adelanto del derecho a tener un Estado, la diplomacia israelí ha denunciado la maniobra de forma sonora y rotunda. Las conversaciones impulsadas por el Cuarteto seguirán en el congelador. Volverá a envenenarse la siempre insatisfactoria y conflictiva relación de Tel Aviv con la ONU.