Grupos
Lucía Jiménez: «Sólo hablo de política en la intimidad»
Con firma propiaProfesión: actriz. Nació: en 1978, en Segovia. Por qué está aquí: protagoniza el musical «Hair», que se estrenó el miércoles en el Arteria Coliseum (Madrid).
–«Hair». ¿Vuelven los hippies como vuelven los zombis o los vampiros?
–Nunca se fueron. Sigue habiendo hippies, mayormente en el campo.
–Hizo un musical en el cine, «Al otro lado de la cama», y ahora éste en el teatro, que habla del amor libre. ¿Cree que ha cuajado el amor libre?
–Veo poco amor libre. Eso de poder estar con quien quieras, picar aquí y allá, y que nadie se enfade, dura dos meses. Yo no sería feliz así.
–En su día, «Hair» escandalizó al personal por sus desnudos y sus proclamas. Hoy, ¿qué puede escandalizar?
–No sé. Parece que no escandaliza casi nada. ¿Un «reality» en el que los unos se coman a los otros? El escándalo también está en crisis.
–Ahora sólo ha habido un conato de escándalo con «Hair»: la denuncia de un espectador por quebrantar, según él, la Ley Antitabaco.
–Fíjese a lo que hemos llegado.
–Me fijo, me fijo. Preocupa más el humo que el sexo libre...
–Es verdad. Quizá haya que prohibirlo todo para que volvamos a escandalizarnos por algo. Hoy, encender un puro en un restaurante sería un escándalo. Estamos locos.
–Por cierto, que ustedes fuman en el escenario hierbaluisa, albahaca y hoja de roble. ¿Cómo sabe eso?
–La verdad es que a mí no me gusta. Pero dicen que no hace daño.
–Ante la crisis, ¿lo mejor es hacerse hippie o volver a serlo?
–No. Sin consumo se hunde el país. Lo mejor es gastar y tener hijos.
–¿Quiénes son ahora los nuevos hippies?
–Puede que alguna gente del campo. Pasa todos los días junto a mi casa un cabrero con coleta. Hablamos. Creo que es un hippie a su manera.
–Es Sheila, la líder del grupo. ¿Tiene algo de líder?
–Siempre me tocan papeles así, de revolucionaria, de activista, y la verdad es que yo soy muy tranquila. Sólo soy líder en el escenario.
–¿No le gustaría ser líder de algo?
–De nada. No va con mi carácter. Debe ser una pesadez ser líder, es mucha responsabilidad. En todo caso, sólo sería líder de mi casa.
–Reconoce que no es muy activa políticamente. ¿Ni en tiempos de crisis?
–Sé lo que pasa, pero no salgo a gritar a la calle.
–¿No siente la llamada de los «indignados»?
–Pasé por Sol. Vi aquello, me informé, pero no participo activamente en nada. Y, además, le diré que sólo hablo de política en la intimidad.
–Mire, como los políticos...
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