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Asad endurece la ofensiva final en Homs
El régimen sirio no parará hasta aplastar la insurrección en Homs. A cualquier precio, las tropas de élite de la IV División, que dirige Maher Al Asad, están dispuestas a seguir masacrando el barrio de Bab Amro hasta que no quede ni un solo rebelde. Pero los militares desertores también están preparados para seguir su lucha a sangre y fuego hasta el final. La batalla por Homs será decisiva porque, de ser liberada por el opositor Ejército Libre de Siria, la insurrección crecería en otras ciudades tales como Hama, Alepo o el mismo Damasco, y esto significaría el principio del fin de los Asad o, en el peor de los casos, una Siria dividida. Esta provincia fronteriza con el norte de Líbano tiene una población de mayoría suní, y cuenta con el apoyo de los libaneses suníes de Trípoli. La mayoría de las armas para la insurgencia siria entran por esta frontera, tradicionalmente conocida por el tráfico clandestino de toda clase de productos. En esta región del norte de Líbano gobierna el movimiento «Future», liderado por Saad Hariri, el hijo del asesinado ex primer ministro libanés, y no dudaría en enviar a sus milicias para ayudar a la resistencia suní de Siria. El régimen sirio, alauí, no permitirá bajo ningún concepto que Homs se convierta en la capital rebelde, de ahí su feroz ofensiva contra el barrio suní de Bab Amro, que lleva un mes bajo asedio. A pesar de que el Ejército desertor sólo cuenta con rifles de asalto y carece de armamento pesado, las fuerzas del régimen, con tanques y ametralladoras, no han conseguido romper el cerco de Bab Amro, donde están atrapados 20.000 residentes y tres periodistas extranjeros. La jornada de ayer fue un día de furia. El rugido de las ametralladoras de los tanques y el sonido de las ráfagas de disparos iba aumentando a medida que iban avanzando las temidas huestes del comandante Maher hacia el interior de la asediada Homs.
Registros «casa por casa»
La ofensiva terrestre de Asad comenzó al amanecer, tras un incesante bombardeo el día anterior. Las fuerzas del régimen se enfrentaron a los rebeldes que, con dureza, intentaban repeler el ataque desde sus posiciones en el bastión insurgente. Las tropas de Asad registraron «casa por casa» en busca de armas y terroristas. «El sector está controlado. El Ejército procedió a una limpieza bloque por bloque, casa por casa, y ahora los soldados están verificando cada sótano y túnel en busca de armas y terroristas», indicó una fuente de seguridad en Damasco, que precisó que «aún quedan algunos focos de resistencia».
De hecho, fuentes del Ejército Libre de Siria dijeron que el régimen ha enviado nuevos refuerzos de la IV División acorazada del Ejercito regular para lanzar el asalto final sobre el bastión rebelde. La situación humanitaria en Homs degenera día a día. Las tropas del régimen han cortado todos los accesos, impidiendo a los civiles huir de los bombardeos y la entrada clandestina de medicamentos y comida. Ante la alarmante crisis humanitaria en esta castigada ciudad, el Comité Internacional de la Cruz Roja reiteró ayer su llamamiento al alto el fuego en Homs para poder evacuar a las personas heridas, mujeres y niños junto con la Media Luna Roja.
Un intento más del Consejo de Seguridad
El enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe a Siria, Kofi Annan, asegura que mantendrá consultas en Nueva York con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y con representantes de los países miembros del Consejo de Seguridad. Su objetivo es lograr un texto de consenso, referido a la ayuda humanitaria, que pueda superar el veto de Rusia y China, y lograr que el Consejo emita una resolución vinculante.
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