Toxo y Méndez bailan en la Gran Vía a ritmo del Carnaval contra el ajuste

El día que entraba en vigor el plan de ajuste del Gobierno regional, la Ley de Medidas Extraordinarias para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas, la Gran Vía de Murcia acogió la novena manifestación, con algo más de 7.000 personas, del comité de resistencia formado por los sindicatos no firmantes en el acuerdo social del Ejecutivo murciano, UGT, CCOO y Sterm-Intersindical. Pero en esta ocasión, con la asistencia de los líderes nacionales de los dos primeros, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente.

Por su parte, Méndez declaró que el futuro de la Región de Murcia debe pasar por «soluciones que no recorten los derechos de los trabajadores». Un aspecto peculiar teniendo en cuenta que ambas organizaciones sindicales cayeron en la mansedumbre cuando Rodríguez Zapatero impuso de manera unilateral y sin negociación previa alguna, un descenso del cinco por ciento de las retribuciones de todos los empleados públicos. Cuando esto sucedió, Méndez y Toxo dieron la callada por respuesta y miraron hacia otro lado en lugar de hacer frente al problema con la voracidad que demostraron en los últimos meses contra el plan de reequilibrio diseñado por Valcárcel e impuesto por el Gobierno central. Asimismo, el líder de UGT afirmó que «se ha intentado reducir el déficit de la peor manera posible, vulnerando acuerdos pasados y aumentando la jornada laboral, lo que creará paro». Sin embargo, el resto de organizaciones ponderan como uno de sus mayores logros en el proceso de negociación con el Gobierno regional, haber logrado incluir en la nueva legislación el compromiso de que la aplicación de la Ley refleja el mantenimiento de todos los puestos de trabajo, sin despido alguno.

Toxo, por su parte, instó al Ejecutivo Valcárcel a que vuelva «al diálogo y al consenso». Cuanto menos esta petición resulta llamativa después de que tres consejeros de la Comunidad mantuvieran seis reuniones con los nueve sindicatos que conformaron la mesa de negociación. Después de esto, es posible que se le puedan seguir achacando al Gobierno murciano muchos fallos, pero no precisamente el de la falta de diálogo.

Mientras tanto, a las puertas de la Delegación del Gobierno se concentraron cerca de un centenar de funcionarios de la Administración de Justicia para mostrar su disconformidad con la intención del Gobierno de la Nación de eliminar siete de los once partidos judiciales que existen actualmente en la Región, bajo los lemas «No a la supresión de partidos judiciales» y «No al traslado forzoso». Los manifestantes declararon que la medida planteada por Zapatero provocará un peor servicio judicial para los ciudadanos.