India
El novio de Canales se quedó sin cobrar por Jesús Mariñas
Todo fue repulsivo, la cutrez elevada al cubo, algo realmente repudiable que DEC presentó como investigación y que demuestra cómo actúan algunos desaprensivos en pos de la gloria. Es lo del maltrecho, herido y estafado Antonio Canales con su aprovechado romance catalán.
No defraudó las expectativas, especialmente porque muchos malpensamos –yo el primero– que podría estar conchabado el novio con el mejor bailarín español de la actualidad, aunque le pese a Joaquín Cortés o a Rafael Amargo.
El noviete ocasional, que alardea de haber sido hetero hasta el momento, había comprometido dos apariciones en el programa de Antena 3. Reenamorado el bailaor tras cinco años llorando la ausencia y también traición del bailarín Juan de Juan, Antonio vio un puente de salvación en este cuarentón tosco y con labia. Más dura será la caída y así se lo participó, lloroso y herido, a Gema López, conmovida por su lamentable estado emocional. Mientras, su aparente novio aseguraba que «nos vamos de viaje a la India, empezaremos a vivir juntos y hasta hemos pensado adoptar una niña (!)», vendiendo su relación como idílica. Lo mismo hizo con su aparición televisiva pactada para dos intervenciones «porque de momento hemos rechazado los 80.000 euros que nos ofrecieron a Antonio, "mi príncipe y cariño", y a mí para sentarnos juntos en un plató».
Antonio Robles, director del programa, tuvo noticia del fraude amoroso a finales de julio, poco después de pillarlos fotográficamente y hasta en vídeo en la calita de Sitges. Y Canales no debe lamentarse: siempre se tropieza en la misma piedra. Nueva decepción, «porque estaba firmemente ilusionado creyendo que este amor me redimiría tras cinco años en los que hubo de todo y casi autodestrucción».
Cantizano se mantuvo serio y como asqueado todo el programa. Y cuando salió defensor de un compañero al que el noviete oportunista tildó de «mariquita», conminó a éste a levantarse e irse. «¿Me echas? ¡Pues me voy!», exclamó abriendo los brazos en gesto triunfal y saludando a un público atónito ante su desfachatez plagada de deformaciones, mentiras y engaños. En dos intervenciones grabadas, Canales desmontó su argumentación, que sostenía que «he venido con el permiso de Antonio, a quien no le preocupa que cuente el inmenso amor que hay entre nosotros». Ante la recriminación de Cantizano por atacar a un colega, arremetió diciéndole «también eres mariquita». Luego se lamentó por los pasillos de San Sebastián de los Reyes porque su representante le dijo que no pensaban pagarle porque había superado lo estipulado en contrato. Será la forma de que contenga ese brío tan demostrado en la pobre escena playera de la «felatio» pública.
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