Londres
Asma Al Asad la derrochadora
La primera dama siria se gasta 300.000 euros en muebles de lujo mientras su país agoniza
Fue retratada como «la rosa del desierto», la luchadora que dejó su brillante carrera en la City por amor, la responsable de romper barreras en el mundo árabe al casarse con un alauí (siendo ella sunní). Su rostro aparecía en las portadas de las publicaciones más prestigiosas y las revistas de moda se la rifaban para describir la elegancia con la que desfilaba sobre sus Louboutin. Algunos incluso la bautizaron como la «princesa Diana de Oriente Medio», por combinar a la perfección belleza y estilo con obras de caridad. Pero nada más lejos de la realidad. Asma Al Asad, la esposa del presidente sirio, ha resultado ser una señora sin escrúpulos, sin moral y sin ningún tipo de conocimiento o preocupación por el mundo que la rodea.
Mientras que el régimen de su marido, Bachar Al Asad, aniquila a diario a civiles indefensos –desde que empezó el levantamiento han muerto más de 16.000 personas–, su única preocupación ha sido encontrar los muebles más adecuados para decorar una de sus muchas mansiones de verano.
Según unos e-mails obtenidos por WikiLeaks que han sido publicados esta semana por el «Daily Mail», la primera dama, de 36 años, se gastó el pasado mes de marzo 270.000 libras en una de las tiendas más exclusivas de Chelsea, al oeste de Londres, mientras Siria agonizaba en una guerra civil. Un mes antes, había roto su silencio mandando un correo a «The Times» para defender a su marido. En el texto manifestaba que Asad era «el presidente de Siria, no de una facción de los sirios, y la primera dama le apoya en ese papel». Mensaje recibido con rabia e incredulidad por expertos y activistas de la oposición, que la acusaron de mostrar una «hipocresía intolerable», de «delirar» y de adoptar «la actitud del avestruz».
En los correos se ve cómo Asma –que recibió el premio a la Primera Dama Árabe en 2008 por promover la paz y la estabilidad– se encarga de la decoración de uno de los palacios de la familia en Latakia, a 200 kilómetros al norte de Damasco. Aunque las dimensiones de la vivienda se desconocen, por los textos se puede saber que en la planta baja hay un gran vestíbulo con una sala de recepción. En la primera planta, se abre un comedor para diez personas, así como un Majlis –sala tradicional árabe para entretener a los invitados– y un salón o sala de dibujo. Madre de tres hijos, la señora Asad también encargó los muebles de dos habitaciones familiares, una sala del sótano y el vestíbulo de las señoras.
El pasado 2 de marzo, su ayudante Mansour Azzam, que trabaja en el Ministerio de la Presidencia, le envió un e-mail con los 130 artículos adquiridos para el hogar de descanso. Los mensajes se completan con fotos que hacían los asistentes de las habitaciones para que todo quedara a su gusto. Así, mientras el mundo entero era testigo de cómo madres enterraban a sus hijos tras los ataques del régimen, la primera dama decía: «En este momento hay tres cojines en la base del sofá y cinco en el respaldo. Debe haber tres y tres. Si no está claro, hágamelo saber». Asma utilizaba una cuenta de correo perteneciente al departamento de Presidencia. Sus asistentes se dirigían a ella como «la señora de Asad», pero sobre todo como «su excelencia».
Lámparas de seda
Entre los más de 130 artículos de lujo, Asma no tuvo reparos en adquirir 11 objetos otomanos por valor de 20.000 euros. Para el comedor, la señora Asad ordenó una mesa redonda por valor de casi 10.000 euros y para el Majlis, la sala de reuniones, una alfombra roja y verde Mamlouk de 11.000 euros. Para el sótano tampoco quiso escatimar en gastos llevándose de las tiendas más caras de la capital británica una «barra de suspensión con nueve lámparas de seda de un valor de 3,000 euros». En otros correos se muestra cómo, mientras su país vive una de las peores crisis, a ella sólo le quitaba el sueño hacerse con el último DVD de Harry Potter.
El refugio de Moscú
Asma nació en Londres. Es hija del cardiólogo Fawaz Al Akharas y Sahar, ex secretaria de la Embajada siria en Londres. A pesar de ser musulmana, fue a una escuela de la Iglesia de Inglaterra. Estudió en el King's College de Londres, y trabajó en la City con Deutsche Bank. Se casó con Asad en 2000 y tienen tres hijos. La familia de Asma es de Homs, escenario de una sangrienta ofensiva del Ejército sirio en febrero. Muchos medios aseguran que ella y sus hijos se han refugiado en Moscú para mantenerse a salvo y no tener problemas si Asad es derrotado.
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