Pekín
Recuerdos de Pekín por Julián REDONDO
Cuatro, cinco y hasta seis registros diarios. Sonrisas lelas, serviles, obligadas, o agradecidas, o simplemente sonrisas. Hola por aquí y por allá; gracias por nada, reverencias; un tratado de buenas maneras y de hospitalidad; una alfombra... roja. En el ambiente flotaba, sin embargo, la burla gubernamental a los derechos humanos, el recuerdo vivo de Tiananmén, la persona y el tanque; la mano dura sin zanahoria. Pongamos que hablo de Pekín, de sus fabulosos e irrepetibles JJ OO; de orden, organización, seguridad en cada palmo de terreno y en cada milímetro de piel. Samaranch jugó y ganó. Blatter ha intentado imitarle y, de momento, le ha salido el tiro por la culata. Y es más fácil montar un Mundial de fútbol que unos Juegos Olímpicos. Esto es Suráfrica, te registra un policía y el que lo ve repite la ceremonia. Sin sonrisas ni «cenquius». O entras hasta la cocina o necesitas un inglés de Oxford para demostrar que eres «journalist». No entienden lo que pone en la acreditación. Suráfrica no es Pekín.
«WE MISS HIM TOO»Ella (la aficionada inglesa)... y muchas. David Beckham, el siempre deseado, no estará sobre el césped por lesión, donde los hombres no le echarán de menos, pero las féminas seguirán contando con el ser superior en glamour, prestancia y saber estar. ¡Hala!
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