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Un antibalas por cada cinco agentes

Reducen un disparo mortal a una herida por impacto de bala de unos tres centímetros. Son los únicos salvavidas de los policías y lo que permitió ayer a dos agentes poder contar que un individuo les disparó a bocajarro junto a la mezquita de la M-30. Sin embargo, el chaleco antibalas no forma parte de la dotación individual de cada agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y son ellos mismos los que, si quieren uno propio, tienen que costeárselo

Patricia, (en el interior del vehículo), la agente de policía en prácticas que ayer se enfrentó al nigeriano, no llevaba antibalas. La pistola no disparó pero su agresor lo intentó en varias ocasiones
Patricia, (en el interior del vehículo), la agente de policía en prácticas que ayer se enfrentó al nigeriano, no llevaba antibalas. La pistola no disparó pero su agresor lo intentó en varias ocasioneslarazon

Según viene denunciando desde hace más de tres años el sindicato Unión Federal de Policía (UFP), la Ley de Prevención de Riesgos Laborales exige que la Administración vele por la seguridad, entre otros, de los policías. De hecho, hay varias causas abiertas para determinar si el Ministerio del Interior debe pagar a agentes del CNP chalecos y guantes anticorte –otra de las peticiones– pero aún no se han resuelto. Y es que, a pesar de que es un elemento vital en cualquier enfrentamiento, hoy en día hay un antibalas por cada cinco funcionarios en activo –13.131 para 61.649 policías–, según denuncia la Confederación Española de Policía (CEP).

Las unidades tienen asignadas una serie de chalecos de uso colectivo, por lo que aquellos que no quieren realizar una intervención a «cuerpo descubierto» tienen que pagarlo con dinero de su bolsillo. Además, se quejan de que muchos de los que actualmente hay disponibles están obsoletos. «Pesan demasiado, por lo que son antioperativos. No puedes moverte bien», denuncian desde la UFP. Por todo ello, hace años que todos los sindicatos de Policía llevan exigiendo a Interior que esta herramienta de trabajo deje de ser considerada un elemento «a repartir» entre los policías y pase a ser una dotación individual para cada agente. La CEP afirma que, aunque las compras de los últimos años han mejorado la cifra, el número de chalecos disponibles en el CNP entre 2006 y mediados de 2010 sólo aumentó en 2.485 unidades, a pesar de que los ingresos de promociones de nuevos policías ha superado esta cifra. Y recalcan que en ciudades como Madrid, no debería ser considerado un «artículo de lujo».