Roma
Hoja de ruta para los lefebvrianos
El Vaticano ofreció ayer a los lefebvrianos una hoja de ruta que puede llevarles a su plena reconciliación con Roma. Si aceptan los principios doctrinales y los criterios de interpretación de la doctrina católica que pide la Santa Sede, los obispos ultratradicionalistas de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) podrían encuadrarse en una prelatura personal, una fórmula jurídica similar a la del Opus Dei.
Estas condiciones están explicadas en el «Preámbulo doctrinal», un texto cuyo contenido no ha sido hecho público y que fue entregado por el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al obispo Bernard Fellay, Superior general de los lefebvrianos.
Según informó la Sala de Prensa vaticana, la aceptación de los principios detallados en este documento garantizaría la «fidelidad al Magisterio de la Iglesia» de esta comunidad cristiana fundada por el arzobispo cismático Marcel Lefebvre. El comunicado de la Santa Sede apunta que las enseñanzas del Concilio Vaticano II y el Magisterio que han llevado a cabo los Pontífices que se han sucedido desde entonces serán debatidas en una «legítima discusión», lo que hace pensar que estas cuestiones no se incluyen en el «Preámbulo doctrinal».
Los lefebvrianos llevan años llamando a las puertas de Roma para solicitar la reconciliación. En respuesta a esta petición, Benedicto XVI levantó la excomunión a los cuatro obispos de la FSSPX a principios de 2009. Una decisión anterior del Papa, que también fue interpretada como un gesto positivo hacia los ultratradicionalistas, fue la luz verde que dio a la celebración de la Misa Tridentina en 2007. Desde octubre de 2009 hasta el pasado mes de abril se han producido ocho reuniones entre expertos de las dos partes con el objetivo de afrontar las dificultades doctrinales y el resto de escollos que se deben superar antes de alcanzar la plena reconciliación. Se espera que la respuesta de los ultratradicionalistas llegue dentro de unos meses. La mayor dificultad para la reconciliación estriba en la aceptación total del Concilio Vaticano II. Fellay ha afirmado en varias ocasiones su rechazo a este punto, que precisamente propició el nacimiento de la FSSPX.
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