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Ultimátum: Europa prepara su ataque a Libia

Los bombardeos pueden llegar en los próximos días, pero la zona de exclusión aún tardará en establecerse

Seguidores de Gadafi corean frases anti estadounidenses durante una manifestación
Seguidores de Gadafi corean frases anti estadounidenses durante una manifestaciónlarazon

El espíritu revolucionario democrático en los países árabes ha entrado en una nueva fase. La mancha de imágenes de bombardeos nocturnos por parte de fuerzas extranjeras, que tanto intentaban evitar desde Europa y EE UU, para no despertar viejos fantasmas en la zona, será una realidad en Libia en cuestión de días, o de horas. La aprobación de la resolución 1.973 de las Naciones Unidas ha dado la base legal para crear una zona de exclusión aérea e impedir que Muamar Gadafi use su aviación contra la población civil. Eso dice la letra de la resolución, pero los que han liderado la postura intervencionista, Gran Bretaña y Francia, intentarán ensanchar el espíritu del texto para evitar que el coronel llegue a Bengasi, último bastión de la resistencia popular.


La gran pregunta es cuándo empezarán los ataques. «Tenemos muy poco tiempo. Es cuestión de días, quizás de horas», dijo el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé. Aunque se realice algún ataque en un corto espacio de tiempo para amedrentar a Gadafi, fuentes británicas creen que la puesta en marcha de toda la operación aún costará, ya que se debe saber qué países participan y quién estará al mando.


Los preparativos militares comenzaron ayer en numerosas capitales mientras sigue el goteo de países que anuncian su colaboración. A la cabeza estarán Francia y Reino Unido. También participarán las fuerzas de EE UU, Canadá, Noruega, España, Dinamarca y Bélgica, además de Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Italia de momento no aportará su músculo militar, aunque ha ofrecido su territorio, que puede ser clave para bloquear el espacio libio por su proximidad, sobre todo la base de Sigonella (Sicilia). Malta, el otro socio europeo con vínculos previos con Libia, se ha opuesto.


Por ahora la OTAN no se sumará, debido a la división entre sus socios. Su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, no pudo anunciar ayer la implicación de la Alianza debido sobre todo a la resistencia de alemanes y turcos, aunque indicó que se está completando la planificación «para estar listos y tomar acciones apropiadas», es decir, para aportar la fuerza, el mando y la coordinación de la Organización.


La OTAN ya tiene fuerza naval concentrada en la zona. Francia y Reino Unido suman alrededor de 650 aviones de combate, frente a los casi 400 del Ejército libio. Según la intensidad de su aplicación, los expertos creen que se puede anular la aviación libia en diez días, ya que a pesar de la enorme extensión del país, casi todos los aeropuertos y bases militares no están más allá de 20 kilómetros de la costa. Otros expertos militares defienden que ni siquiera sería imprescindible bombardear las baterías antiaéreas y radares libios, necesario para bloquear el espacio aéreo, ya que con misiles mar-aire lanzados desde buques o los misiles de los aviones AIM-120 de largo alcance se podría derribar eventualmente cualquier caza del régimen.


La noticia del alto el fuego anunciado por Gadafi no alteró los preparativos. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, dijo que tanto ella como otros socios «estamos mirando los detalles» de este alto el fuego, que sin embargo, quedó casi en papel mojado por las noticias de ataques contra la zona rebelde.


El tiempo es el principal factor ahora, que presiona más aún por la complejidad de la propia creación de una zona de exclusión aérea y las evidentes dudas y discrepancias sobre la intervención militar, que son visibles en todos los foros: en el Consejo de Seguridad, donde China y Rusia se abstuvieron, y en la OTAN y en la UE, donde Alemania no quiere tomar partido en una guerra civil. «No deberíamos entrar en una confrontación militar con la optimista presunción de que se conseguirán resultados rápidos con pocas bajas», recordó el embajador alemán en la ONU, Peter Witting, el jueves. Incluso EE UU está apartándose de la primera línea dejando el peso a París y Londres, e insistiendo en la necesidad de la participación árabe.


Los más escépticos no sólo dudan por ser quizá demasiado tarde, sino por la «eficacia» de la zona de exclusión para bloquear a Gadafi. Los expertos creen que la eliminación de los ataques aéreos a los rebeldes no dará un vuelco a una guerra que ya estaba casi ganada para el dictador. Sin embargo, tendrá un efecto positivo en la moral de los sublevados. Además, la resolución autoriza la intervención «para proteger a los civiles y las áreas donde habitan» en la zona oriental, por lo que se podría intentar crear un cordón de protección usando la fuerza de los aliados para que la revolución siga teniendo pulso.