Barcelona
Rafael Medina: «No me considero un dandi»
«Olvidémonos del "look"sucio», reivindica el referente de la elegancia masculina en nuestro país
Hace cuatro años, Rafael Medina dejó su trabajo en un banco para capitanear la firma de sastrería Scalpers. Además de la comunicación, está al frente del diseño y la producción. Y el duque de Feria no lo hace nada mal. Si ayer ponía en marcha su primer corner en El Corte Inglés, anteayer inauguraban su nueva tienda en el centro comercial Moraleja Green. Estos días es complicado dar con él por Madrid, pues viaja por toda Europa –su última parada, Italia– en busca de tejidos para la colección 2012-2013.
–La cosa no va mal…
–Tenemos once tiendas y más de ochenta puntos de venta multimarca. Cuando vienes de vender corbatas en una moto a ejecutivos y de hacer camisas a medida en un mercadillo, lo valoras más. Siento que hemos recorrido un camino importante. Habrá quien vea cada apertura como una tienda más, pero para mí cada una es un reto.
–Y más, en los tiempos que corren.
–Pusimos en marcha Scalpers en el verano en que saltó la crisis de las subprimes americanas. Desde entonces, el «retail» –venta al detalle– ha vivido los peores cuatro años de su historia. En concreto, las ventas en el sector de la moda masculina han bajado un 60%. El único que crece es Inditex, porque se mueve en otra galaxia.
–Con este panorama, ¿no dan ganas de tirar la toalla?
–Cuando tienes ilusión por algo, crees en ello y apuestas en firme, por mucha crisis que haya, vas a conseguirlo y sale. Al ver la televisión y leer los periódicos cada día, te sale un «¡qué está pasando!», pero hay que seguir hacia adelante.
–¿Qué sensación tiene cuando identifica una prenda suya por Manhattan o en el aeropuerto de Pekín?
–Me genera muchísima ilusión ver un escaparte con ropa nuestra en Corea, en Turquía, en Estados Unidos… Y en un aeropuerto, especialmente, porque ves que los clientes lo llevan en su día a día, en sus reuniones, ratos de ocio… Y ya, cuando ves a 25 tíos con corbatas y chaqués en una boda que son tuyos, comienzas a pensar que algo estamos haciendo bien.
–Uno de los logros de su firma ha sido construir una identidad propia.
–Hemos apostado por un estilo elegante, propio, donde cuidamos las volumetrías, los tejidos, entrando en el mercado con una relación calidad-precio bastante interesante… Creo que eso se percibe en la calle y se nota que somos diferentes. A veces la gente me comenta: «Mira, Rafa, ése va vestido como tú ». No es que sean como yo, sólo intento imprimir en la moda lo que soy, en mi caso, el gusto en los jóvenes por cuidar los detalles.
–Eso es un reto, teniendo en cuenta que las tendencias hablan de una apariencia dejada, estilo «perroflauta»…
–Vamos a contracorriente frente a la dejadez, al «todo vale» en la moda. Creo que no hay que perder las formas nunca, vayas vestido de una manera más formal o con un estilo casual. Hay que cuidar que en este caso el hombre vaya bien, ya sea a trabajar, a realizar gestiones a un despacho de abogados o a pasar el fin de semana con los amigos… Olvidémonos del «look» sucio. Hay que apostar por la elegancia y el estilo.
–En su campaña de invierno apuestan por el estilo «preppy-dandi». ¿Están en peligro de extinción?
–El estilo que marcaron los actores de los años 30-40 como Clark Gable permanecerá, con más o menos fuerza, pero no creo que desaparezca.
–¿Es usted un dandi?
–Yo simplemente considero que tengo un estilo propio, lo mismo voy con un traje que con unos jeans. Si se me ha tildado de dandi o gentleman, quizá sea por mi manera de vestir y por quién soy. Pero no creo que lo sea, simplemente soy una persona normal que no tardo más de tres minutos en vestirme, no pierdo tiempo en decidir qué me voy a poner. Me sale de manera innata.
–A su hermano Luis no le colgaría esa etiqueta….
–Tiene otro estilo, su manera de ser, su trabajo, su vida… Independientemente de eso compartimos muchísimas cosas. ¡Y también viste de Scalpers! No rehúye de la marca (bromea).
–¿Ha logrado superar la losa que podría convertirse su título nobiliario y ser hijo de quién es?
–Mucha gente podía pensar que por tener un título no iba a hacer nada más y me iba a quedar tranquilamente en mi casa, pero al final el tiempo te da la razón. Siempre he intentado llevar una vida normal. Si Scalpers sale adelante no es porque yo me llame Rafael Medina. Además, te garantizo que no todo el éxito de la marca es mío. Quizá yo soy la cabeza visible, pero hay mucha gente trabajando, es un trabajo brutal en diseño, producción, tesorería de la empresa… Aun así, siempre habrá alguien que diga que no lo has hecho bien, me he acostumbrado ya a las críticas y las acepto.
–¿A Laura, su esposa, no le pone la cabeza como un bombo con esta pasión por Scalpers?
–Laura querría, tal vez, que yo pasara más tiempo en casa. Al ser el responsable de diseño, producción y comunicación de la empresa hace que esté viajando continuamente. De todas maneras, ella también trabaja fuera, en Barcelona –es directora de estilismo de Mango–, y lo llevamos de la mejor manera posible.
«Mi madre juega con los galácticos»
Nati Abascal, madre de Rafa, no es ajena a la aventura empresarial de su hijo. Así lo demostró en la pasada Noche en Blanco de la Moda en Madrid, organizada por «Vogue», cuando se dejó caer por la tienda Scalpers, en la que la musa de Valentino fue la más buscada. «Ella nos apoya y nos ha asesorado insistiendo mucho en que no perdamos la ilusión nunca y que sigamos apostando por nuestro estilo propio y que creamos en él», comenta el duque de Feria, que explica «que ella está a otro nivel galáctico con su trabajo. Lleva más de 40 años trabajando en la moda, mientras que lo nuestro es un proyecto que todavía tiene que asentarse, perdurar, y esperamos que sea una referencia en la moda masculina en España». De momento, ya marcaron tendencia con las «slippers» –esas zapatillas aristócratas de andar por casa que llevaron a los trajes–, las calaveras y los pulpos en las camisas. Ahora, el fichaje para los logos de la firma es un rinoceronte. «Nos aporta unos valores muy interesantes para nuestras colecciones: seguridad, masculinidad, carácter… Será para la línea más tranquila, de aquellos que no quieren ir tan apretados, mientras la calavera se queda para el «slim fit».
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