Amante de las tertulias gastronómicas

Cayetana tiene algunas rutinas. Y una de ellas, es salir con frecuencia con sus amigas y amigos. Siempre lo ha hecho y es algo a lo que no piensa renunciar. A la duquesa le encanta pasear por las calles de Sevilla. Es habitual verla en restaurantes de la capital andaluza. Ni su operación de cadera, que la obligó a sentarse momentáneamente en una silla de ruedas, fue motivo suficiente para renunciar a sus reuniones gastronómicas. Su vitalidad no compagina con encerrarse en su casa.

La duquesa tiene varios sitios predilectos. La mayoría de ellos, en el casco histórico de la ciudad. Una guía de rincones selectos de Cayetana podría comenzar perfectamente entre Triana y Sevilla. No hace distinciones. Los discursos maniqueos no van con su forma de ser. Admira cada rincón de las dos orillas. Mirando a la calle Betis, se asienta «Abades Triana». Es habitual verla allí, acompañada de su inseparable Carmen Tello. El sitio es emblemático, porque es una terraza abierta a Sevilla. Suele pedir mesa en «El Cubo». Con vista a las Torre del Oro, es una zona que parece suspendida en el aire. Justo debajo, el río Guadalquivir.

Dejando atrás Triana, la zona de Nervión y San Bernardo es también muy frecuentada por Cayetana. Cerca de la estación de Santa Justa, donde es habitual verla cogiendo el AVE a Madrid, está otro de los rincones de su guía sentimental. El restaurante «Manolo Vázquez», donde la duquesa acude a degustar productos típicos de la costa onubense.

En las proximidades de la estación de Cádiz, se encuentra el restaurante «Jarisa». Otro de los lugares marcados en su guía. Otro de los sitios de sus reuniones habituales y donde ha compartido mesa con Alfonso Díez, el que hoy será su marido.

«Discreta» y «agradable» son las dos palabras que repiten en los tres lugares para definir a la duquesa. Tres muestras del respeto y el cariño del que goza Cayetana en Sevilla.