Cataluña
Hockey patines /La tiranía de España
Sumó su cuarto mundial consecutivo de hockey sobre patines derrotando a Argentina en un ambiente hostil
No hay quien tosa a España cuando se calza unos patines y agarra un «stick». La selección ha ganado los últimos cuatro mundiales y seis europeos de manera consecutiva. Una tiranía bestial. El último gran triunfo fue el cetro mundial conseguido en el pabellón Aldo Cantoni de San Juan, Argentina, ante el equipo anfitrión, en una reedición de la última final disputada en Vigo en 2009.
Ocho mil personas abarrotaron las gradas del pabellón. Ocho mil gargantas argentinas, que no es poco, que intentaron poner de su parte. Pero todos los esfuerzos fueron en vano. El equipo de Carlos Feriche es, hoy por hoy, insuperable. España sufrió más en las semifinales, en las que necesitó el gol de oro para derrotar a Mozambique, que en la final, en la que el 5-4 final no explica la superioridad española. Al descanso ya vencía por 2-1 y llegó a ponerse 5-2, gracias a los goles de Sergi Panadero y Pedro Gil, para luego replegarse un poco.
El combinado nacional, compuesto íntegramente por jugadores y técnicos catalanes, lamenta que sus éxitos, sin precedentes en el deporte español, no tengan la repercusión que merecen. «Ahora nos encontraremos buenas caras, pero esto se habrá olvidado en un par de días. A las instituciones no les interesa el hockey patines», lamentan desde el vestuario.
El mérito de la selección es doble. El hockey patines es un deporte minoritario, cuya cantera está prácticamente en su totalidad en Cataluña. Doce de los catorce equipos de la OK Liga son catalanes. Pero es precisamente en esta comunidad donde se persigue firmemente el reconocimiento a su selección autonómica, que ya ha disputado alguna competición como la Copa América. Esto ha provocado que algunos jugadores de talla internacional, como Miquel Masoliver, hayan renunciado a la selección española, mermando su potencial.
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