España

El crimen de Palomino con «odio ideológico»

La puñalada que acabó con la vida de Carlos Palomino el 11 de noviembre de 2007 (pasado mañana se cumple el tercer aniversario) marcó un antes y un después en los «motivos» de enfrentamiento entre los radicales de ideologías contrarias. Desde la muerte del joven de 16 años, cada vez que se produce una manifestación de ambos signos o un enfrentamiento entre ellos, el tema de Carlos siempre sale a relucir.

La madre de Carlos Palomino ha participado en numerosas manifestaciones celebradas en memoria de su hijo
La madre de Carlos Palomino ha participado en numerosas manifestaciones celebradas en memoria de su hijolarazon

Sobre todo, desde que en la sentencia por su asesinato se reconociera, por primera vez, el agravante de «odio ideológico». El juicio se celebró en septiembre de 2009 y Josué Estébanez fue condenado a 26 años de cárcel: 19 por la muerte de Carlos y otros 7 por un intento de homicidio, ya que también apuñaló a un amigo de Palomino que intentó quitarle la navaja. Lo que fue una petición inicial de la Fiscalía quedó finalmente reflejada en la resolución judicial, que daba por acreditada la «ideología de ultraderecha del acusado», que actualmente cumple condena en la cárcel de Alcalá Meco. Aquella mañana del 11 de noviembre de 2007, Estébanez se dirigía a una manifestación convocada por el partido «ultraderechista» Democracia Nacional. Palomino acudía a «reventar» la concentración junto con más amigos y se cruzaron con Josué en el metro. Tras increparle, las imágenes captadas por las cámaras de Metro, muestran cómo el condenado le clava una certera puñalada en el corazón, que acabó con la vida del chaval de 16 años.

Durante el juicio, celebrado el año pasado en la Audiencia Provincial, Josué declaró que apuñaló a Palomino «por instinto» y negó ser de ideología neonazi. «Soy español, nada más. Una persona a la que le gusta que gane la Selección Española», dijo.

Sin embargo, en el texto, el juez consideró que las «extremas discrepancias de pensamiento constituyeron el móvil que guió la agresión de Josué contra Carlos», por lo que decidió aplicar el agravante de discriminación ideológica que recoge el Código Penal para los delitos cometidos por razones de ideología, religión o raza, entre otros. El Tribunal Supremo ratificó el pasado mes de mayo que en el asesinato de Palomino hubo «odio ideológico».

Por este motivo, los «simpatizantes» de Josué crearon en su figura un «mártir» al que defender en cada concentración de extrema derecha. «Defender tu vida no es un delito», «Libertad para Josué» o «Carlos, pardillo, devuélvenos el cuchillo» –en referencia a la navaja con la que Josué apuñaló al joven– suelen ser frases coreadas por los radicales en manifestaciones o en foros «ultra» de internet. Los amigos de Estébanez crearon incluso un blog de apoyo en la Red en el que, además de escribir mensajes de apoyo, se podían comprar camisetas con el lema «Josué libertad» o, a través de una cuenta bancaria, realizar una donación para sufragar su defensa. Por su parte, los «ultras» de izquierda, autodenominados «antifascistas», también hicieron del joven santo y seña de «su lucha» y tampoco faltan en cada concentración frases como «Ninguna agresión sin respuesta» o «Fuera los nazis de los barrios obreros». La fotografía insigne de Palomino con el «Carlos, hermano, nosotros no te olvidamos», se puede ver impresa en paredes de toda España.


La maldición de la Línea 3
Ocurrió el pasado 12 de marzo justo a una parada de Legazpi, en Delicias. En esta ocasión, fue un joven de ideología de ultra izquierda (Raúl Bravo, de 19 años) el que propinó una brutal paliza a otro de ultra derecha (Aitor Hernández, de 18) y el motivo, de nuevo, fue Carlos Palomino. Al menos, eso dijo el agresor, quien alegó que su víctima «se mofó de un amigo muerto» y que no era más que «un hijo puta amigo del que mató a Palomino». Solían coincidir en el metro de camino al trabajo pero, según confirmó la Jefatura Superior de Policía, se conocían de foros de páginas web radicales.