España
Pacifistas estresados
No estamos ante una pareja de anécdotas, sino ante hechos categóricos. Las agresiones de Toulouse y Villava muestran a las claras que quienes hace dos semanas eran feroces tigres hoy no son cariñosos gatitos. Al contrario, afables socialistas y nacionalistas de corbata no han parado de echarle carnaza a Bildu y sus secuaces desde el tramposo comunicado de ETA. Y apenas hemos empezado a recoger los envenenados frutos de tanta torpeza en tan poco tiempo.
Se ataca institucionalmente a la presidencia del gobierno navarro, se viola la propia voluntad de los navarros representada en su cámara autonómica, y se golpea la imagen y la dignidad de la Jefatura del Estado. Esto en cuestión de horas, de momento y para ir abriendo boca. ¿Qué más necesitamos ver para concluir que es una colosal falacia que las libertades están corriendo raudas en el norte de España y la convivencia se ha abierto paso de la noche a la mañana?
En medio de una borrachera de victoria frente a la banda terrorista que hoy no es más que un espejismo, el gobierno y los separatistas presuntamente moderados no han reparado en las consecuencias de apaciguar a los esbirros políticos y sociales de Ternera y Troitiño. Y si han reparado, peor. Antes de que sea tarde, conviene poner freno a este clima de atolondramiento, atontamiento, precipitación, aturdimiento y confusión que está impulsando y patrimonializando Patxi López. España no necesita en esta encrucijada histórica pacifistas estresados ni paladines del apaciguamiento. Atinan Rajoy y Aznar: no hay nada que hablar con los patriotas de pacotilla que se arremolinan en Bildu. No convirtamos un triunfo noble y necesario en una derrota patética y perfectamente evitable.
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