Nueva York

El Papa plantea una autoridad mundial contra la crisis

Para el Vaticano, Naciones Unidas (en la imagen, Benedicto XVI en su sede de Nueva York) debe ser «punto de referencia» de la reforma
Para el Vaticano, Naciones Unidas (en la imagen, Benedicto XVI en su sede de Nueva York) debe ser «punto de referencia» de la reformalarazon

Ciudad del Vaticano- La crisis económica y sus efectos sociales preocupan mucho al Papa. Benedicto XVI ya dedicó a esta cuestión una encíclica, «Caritas in veritate», publicada en julio de 2009, cuando sólo se vislumbraba una parte de la magnitud total del problema, y ayer el Vaticano volvió a analizar este tema en un significativo documento titulado «Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional en la prospectiva de una autoridad pública con competencia universal».

En el texto, elaborado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, se afirma que la actual crisis económica y financiera se debe al «efecto devastador» del liberalismo, que se ha convertido hoy en una ideología que propugna la abolición de las reglas y controles. Ante esta situación, es necesaria una reforma del sistema financiero y monetario para que éste no actúe sin cortapisas y esté controlado por una «autoridad pública con competencias universales». Los magros frutos logrados por organismos como el G-7, el G-8 o el G-20, y la poca representatividad de los países en desarrollo, hacen que el Vaticano considere necesaria la creación de este «gobierno» mundial. La nueva «autoridad pública universal» debería nacer de la experiencia de Naciones Unidas. «La lógica desearía que el proceso de reforma se desarrollase teniendo como punto de referencia la ONU», dice el documento.

Tasar las transacciones
La Santa Sede también propone crear una Banca Central Mundial que «regule los flujos y el sistema de cambio monetario», colabore con los Bancos Centrales de cada país y sustituya al Fondo Monetario Internacional, que para el Vaticano ha perdido su capacidad de garantizar estabilidad. Dentro de este control, el documento lanza la idea de tasar las transacciones financieras, algo de lo que se lleva hablando desde hace tiempo en la UE. Con estas medidas, el Vaticano cree que se podría llegar a un «desarrollo sostenible» que persiga el bien común y la paz y no sólo la ganancia de unos pocos.