Fernández obliga a Trias a escoger entre PP o PSC para pactar los presupuestos

Barcelona- El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, no escondió ayer la sonrisa pícara por la que algunos le conocen como el «enfant terrible» de la política catalana». Un día después de que el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, se reuniera con él y con el jefe de filas del PSC, Jordi Hereu, para negociar las ordenanzas fiscales y el presupuesto del próximo año, Fernández salió a decir que tras estas «reuniones de cortesía», si CiU quiere llegar a un pacto con el PP debe aparcar las negociaciones con el resto, con el PSC, con ICV y UxB.

No habrá abstención
Después de hablar con Jordi Hereu y constatar que el socialista está más por la labor de ejercer de oposición que de entablar acuerdos con CiU, el PP se perfila como el único grupo que puede salvar los muebles a Trias. CiU, que tiene 14 concejales, necesita siete, los nueve del PP o los doce del PSC para tirar adelante las cuentas de 2012. Había una alternativa, que CiU sumara los dos concejales de Unitat per Barcelona (UxB) y el PP se abstuviera, una fórmula que servía para neutralizar la suma de los concejales del PSC y de ICV. Pero Fernández avisó a Trias que se olvide de esta jugada, que el PP votará a favor o en contra de los presupuesto y en ningún caso de abstendrá.

Con la seguridad que le da sentirse imprescindible, Fernández puso sobre la mesa un par de condiciones a CiU para seguir negociando: que se deje fuera de cualquier pacto al PSC e ICV, porque no representan el cambio y al «1+1» que representan Jordi Portabella y Joan Laporta, porque su modelo es incompatible con el suyo, y que CiU haga propuestas concretas. Fernández evitó hablar del precio que hará pagar a Trias a cambio de su apoyo. Sólo dijo que la propuesta de CiU deberá tener un norte nítido que apoye a los emprendedores, atienda a los más necesitados, apueste por la seguridad y por el empleo.