Ministerio de Sanidad

Pajín se va sin pena ni gloria por Sergio ALONSO

Pajín se va sin pena ni gloria, por Sergio ALONSO
Pajín se va sin pena ni gloria, por Sergio ALONSOlarazon

Leire Pajín va a acabar su triste andadura al frente del Ministerio de Sanidad de la misma forma que como empezó: tratando de hacer ver que hace algo cuando en realidad no ha hecho prácticamente nada. El balance de su mandato no puede ser, desde luego, más demoledor. Lo termina, por ejemplo, sin sembrar base futura alguna para rescatar a la Sanidad de la bancarrota en la que se halla sumida. No contenta con dejar en el atolladero a las arruinadas autonomías, ha aprovechado además sus últimos días en el Ministerio para autorizar a precios disparados un puñado de fármacos destinados a tratar diversas dolencias.


Un guiño hacia algunas compañías que ya ha empezado a causar malestar en varios consejeros de Salud. Pero hay más. Después de ocho años sin adoptar una sola medida de relieve en recursos humanos o de mejora de la atención primaria, la ministra ha movido ficha por un lado para agilizar la creación de un registro de profesionales médicos y. por otro, promover una conferencia de sociedades científicas en plena parálisis de la prueba de capacitación. ¿No pagó el Ministerio a la OMC una jugosa cantidad en tiempos de Elena Salgado para elaborar el registro? ¿Por qué no se ha hecho entonces? ¿Piensa convencernos Pajín de que se ha desvivido por la atención primaria, cuando este nivel asistencial y los profesionales que lo integran han seguido siendo durante los ocho últimos años la «hermanita pobre» de los planes sanitarios del Gobierno?


Pajín, en fin, se va con pocos deberes hechos en materia sanitaria. Un retoque improvisado de los precios de las medicinas, una ley antitabaco heredada mientras callaba ante la extensión de puntos de venta decidida por Economía; una ley de Salud Pública mala de solemnidad y poco más. Ése es su triste bagaje en esta área.