Con la ley y sólo con la ley

Los etarras han partido siempre de una concepción equivocada sobre el fin del terrorismo. Han intentado todo tipo de estrategias y han fracasado, porque sólo cabe la rendición incondicional, la entrega de las armas, la disolución y la asunción de responsabilidades penales. No hay atajos en el Estado de Derecho. El contenido de la declaración del «cese definitivo de su actividad armada» es delirante y responde al mismo esquema que los anteriores aunque adaptado a sus objetivos actuales. La parafernalia con los tres asesinos encapuchados refleja fielmente la realidad paralela en la que viven los terroristas. En su día quisieron negociar con el Ejército y desde entonces insisten en hacerlo con los gobiernos de España y Francia. Con Sarkozy deberían ir con cuidado porque acaba de derrocar al dictador libio y cuando le conviene envía a los paracaidistas a sus antiguas colonias sin ningún problema. El camino es aplicar la ley y sólo la ley. Los etarras tienen un horizonte penal complicado.