CRÍTICA DE CINE / «Un golpe de altura»: El que roba a un ladrón

Tomamos a veces decisiones incomprensibles. Aquí, en Pekín y en Hollywood. Por estas mismas páginas pulula el ejemplo de Jim Sheridan, metido en la camisa de once varas que le ha supuesto «Al otro lado de las paredes». Y otras, sin embargo, nos toca el numerito completo de la ONCE. Le ha pasado a Eddie Murphy, un cómico en horas un tanto bajas («Shrek» a un lado) que intenta regresar a lo grande con este filme producido por el propio actor y donde también encarna de manera modélica a un ratero de poca monta que decide pasar a mayores. Porque el filme que dirige Brett Ratner es una comedia de acción bastante entretenida, impecablemente protagonizada por todo su elenco (resaltemos, no obstante, a Matthew Broderick y un delicioso villano que se llama Alan Alda) que posee, incluso, un corazoncito social: los trabajadores de un lujoso edificio de pisos deciden vengarse del tiburón financiero que tienen por jefe cuando éste realiza una millonaria estafa que incluye el plan de pensiones de sus trabajadores robándole 20 millones de dólares. El pueblo en armas contra Wall Street. Pero como Ratner tampoco tiene un pelo de tonto, la película enseña pronto las verdaderas intenciones que la mueven, o sea, funcionar como un bien engrasado producto mainstream. Al menos, conseguirá que a nadie se le atraganten las palomitas.

lo mejor:
su notable reparto y escenas tan espectaculares como el «robo aéreo» de un coche
lo peor:
hay que ser bastante cándido para creerse que un atraco así puede resultar posible