Valencia

Fabra exige que se pida perdón a las víctimas para lograr la paz

Barberá recuerda que ETA no ha entregado las armas

El jefe del Consell presidió ayer en Valencia la apertura del Año Judicial 2011-2012
El jefe del Consell presidió ayer en Valencia la apertura del Año Judicial 2011-2012larazon

Valencia- El abandono de la lucha armada anunciado por la banda terrorista ETA supone para el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, «una buena y esperanzadora noticia, pero también debe haber un perdón». Insistió en que son muchas personas las que han sufrido durante los años que ha actuado ETA, por lo que los ciudadanos necesitan saber que existe arrepentimiento y que «la memoria de las víctimas nunca va a quedar en el olvido».
Para el jefe del Consell, es fundamental conocer que un paso muy triste de la historia de España puede quedar atrás, pero también se debe «recordar y apoyar» a aquellas personas que han perdido a sus seres queridos en ese camino. Insistió en que se debe seguir trabajando en el Estado de Derecho y con el recuerdo de los que han trabajado dando su vida por la paz y la democracia.
Mucho más contundente en sus declaraciones fue la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Aseguró que «lo único que tiene respaldo es la frase que dice que ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada» y apuntó que «creía que ya estábamos ahí, en el alto el fuego permanente». Obviamente mostró su alegría- «faltaría más»-, y dijo que lo que más le ha gustado han sido las palabras de Antonio Basagoiti, el líder del PP vasco, que reseñó que si ahora puede salir de casa y no le matan «eso es una buena noticia». No obstante, dijo que «falta pedir perdón, falta entregar las armas y falta disolverse».
Además, recordó que el anuncio se hace a 31 días de las elecciones, «y yo no le hago la campaña a Bildu». También exigió que las víctimas sean «nuestro referente moral».
En este sentido, el rector de la Universitat de Valencia, castigada en tres ocasiones por la barbarie terrorista, Esteban Morcillo, manifestó su esperanza de que se sigan dando pasos en el «abandono definitivo de las armas».