Bruselas

Alea jacta est

La Razón
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El conejo sacado de la chistera en forma de anuncio de ETA mediante el que la banda daba por finalizada la actividad terrorista no ha surtido ningún efecto positivo entre los posibles votantes del PSOE, desde el punto de vista electoral. Y es que los españoles están preocupados por la situación económica que atraviesa España y más ahora, por la quita del 2% impuesta la semana pasada en Bruselas y por sus consecuencias. Además, el terrorismo había pasado a ocupar el lugar duodécimo en las preocupaciones de los ciudadanos y para colmo, de Miranda de Ebro hacia el sur y de Santander a Finisterre perciben con malos ojos los pronunciamientos de generosidad, indulgencia e indultos para con los etarras que se efectúan desde instancias gubernamentales o judiciales. Por todo ello, los socialistas no suben significativamente en intención de voto respecto a fechas precedentes y en los datos que ofrecen los estudios demoscópicos, permanente una notable reducción en su representación parlamentaria. Es más, las cifras que facilitan son similares a las que obtuvo el PSOE en 1977. De acuerdo con estos datos, Rubalcaba perdería el 40% de sus votantes; es decir, casi cuatro millones, de los que la mitad se abstendrían y el resto se repartiría a partes iguales entre PP e IU. En cualquier caso, quedan todavía 20 días para la celebración de las elecciones y la suerte no está echada, aunque ciertamente parece poco probable que, de no producirse una catástrofe nacional, el PSOE sea capaz de reducir los 15 puntos que le separan del PP, o que los candidatos socialistas logren convencer a los dos millones de abstencionistas que les han dado la espalda.