Sevilla

El testigo incómodo

Héctor Valero, de 25 años, fue apuñalado de muerte ayer en Sevilla la Nueva por «El Confli». Estos días el fallecido iba a declarar como testigo en un juicio de lesiones contra su asesino

Héctor, en la imagen junto a una amiga, se encontró con su verdugo en un bar donde celebraba las fiestas patronales
Héctor, en la imagen junto a una amiga, se encontró con su verdugo en un bar donde celebraba las fiestas patronaleslarazon

MADRID- La vida le sonreía últimamente a Héctor. Después de cuatro años estudiando INEF, este curso por fin pondría en práctica sus conocimientos como profesor de Educación Física en el colegio Antón Sevillano de su pueblo. Tenía 25 años, un hermano gemelo y una vida perfectamente previsible en un chaval de su edad. Sus amigos y conocidos –los jóvenes de Sevilla la Nueva, que no llega a los 10.000 habitantes, se conocen entre ellos– coincidían ayer en destacar lo «buena gente» que era Héctor. «Era un chaval muy sanote, por eso estudió INEF, porque le encantaba el deporte», comentaba una joven muy afectada. «Siempre mediaba cuando había alguna pelea, era un chico genial». Quizá fue esa convicción por defender lo injusto lo que, precisamente, le causó la muerte la madrugada de ayer. Esa noche salió de su casa, un adosado de la avenida Guadarrama (a las afueras del municipio), y se reunió con sus amigos de la peña «La Fuga», de la que era miembro. Ayer comenzaban las fiestas patronales y había que celebrarlo. Pero la noche se torció de tal forma que este año no habrá fiestas en Sevilla la Nueva. Todo porque «El Confli» se cruzó en el camino de Héctor. Se conocían de sobra y quizá el alcohol avivó las rencillas que mantenían. Héctor iba a declarar en calidad de testigo en una vista oral que Alberto Aragonés, alias «El Confli», tenía en los próximos días por un asunto de lesiones a un amigo de Héctor, según afirman sus amigos. El primer encontronazo se produjo en una pizzería sobre las cuatro de la mañana. Hubo amenazas y gritos cruzados, pero los de la peña «La Fuga» creyeron que todo acabaría ahí. No conocían bien a «El Confli», que, haciendo honor a su apodo, quiso más conflicto. La Guardia Civil sí le conoce bien. Trapichea con droga y es el típico «broncas» del pueblo. No se lo pensó dos veces. Subió «un momentito» a su casa, agarró un cuchillo y bajó a clavárselo a Héctor. De esta forma «El Confli» sumó a su extenso historial delictivo por trapicheos un homicidio del que no se librará de la cárcel.