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Rubalcaba y sus «jóvenes»

La Razón
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El candidato socialista regresa a las esencias del socialismo verdadero tras el paréntesis del zapaterismo. No sólo en las personas, creo que el PSOE quiere declarar a los zapateristas como una especie a proteger, sino en las viejas ideas del felipismo más rancio con toques de guerrismo. En primer lugar, ha decidido controlar con mano férrea las listas electorales. Rubalcaba sabe que lo fundamental es tener un grupo parlamentario compuesto de fieles. Es lo que vivió en los años gloriosos de González cuando Guerra y los suyos hacían las listas. No hay porque guardar las formas ya que vienen tiempos difíciles para el socialismo español. El candidato quiere ser el secretario general del PSOE y necesita controlar la organización. No veo a Elena Valenciano como la heredera de Guerra o Blanco, pero el tiempo lo dirá. El retorno de Felipe, que tiene unas frías relaciones con el presidente del Gobierno, es un síntoma de los nuevos tiempos. El candidato necesita fieles que le deban su presente, aunque el futuro del PSOE sea más bien negro.