El candidato Griñán deberá bajar a la arena

No es Griñán de los políticos que se dejan tocar por los simpatizantes, se arriman con celeridad a besar al primer niño que se le pone a tiro y se deja fotografiar con cara circunspecta cuando el representante de un colectivo reivindica una solución urgente para un problema que tiene en vilo a 50 familias. Tampoco en los mítines es de los que arranca los aplausos de la militancia con frases ingeniosas y chascarrillos que colocan un mensaje diseñado con antelación en la «cocina» de los partidos políticos. Él es más de doctrina, de lección magistral y de pedagogía, aunque a veces eso implica un esfuerzo añadido del interlocutor que sólo busca comprobar de cerca que los mandatarios públicos son de verdad personas que conocen la realidad de los problemas cotidianos y tienen una vocación cierta de solucionarlos. El presidente de la Junta ha protagonizado varias campañas, pero ninguna en la que él es el único protagonista. Ahora tendrá todos los focos y deberá decidir qué estrategia es la más conveniente para reducir la ventaja holgada que le lleva el PP-A de Javier Arenas en las encuestas. Tendrá que decidir entre bajar a la arena o sentar cátedra. A lo mejor ya es tarde.