CRÍTICA DE CINE /«Paranormal activity 3»: No es normal

Bien empieza lo que bien acaba. Ja, responderán al unísono los creadores de la tercera entrega de «Paranormal activity», aquella película que costó cuatro dólares y que tan bien explotaba el escalofrío que puede provocar la visión de ciertas imágenes sobrenaturales registradas por una cámara de vídeo: la puerta que se cierra bruscamente, una lámpara que cae del techo sin haberla desatornillado nadie... En efecto, «El proyecto de la bruja de Blair» dio la pista hace unos cuantos años. De estructura narrativa tan elemental como las precedentes (unos letreros indican el día de cada grabación y las correspondientes anomalías), nos topamos pues con una nueva familia enfrentada a los susodichos pavores nocturnos que, de nuevo, aumentan en intensidad cuanto más cerca estamos del letrero «The end». Para entendernos: la primera media hora del filme da tan poco miedo por sí mismo que son los protagonistas quienes deben provocar el respingo entre el respetable con alguno de esos manidos «sustos con truco» que tanto ama el género. Con todo, y a pesar de que la frescura de la primera se ha ido al garete y cada vez resulta más disparatado el desenlace de las historias, nos quedan meneos extraños para rato.