Pelmazos

Los etarras que no saben qué hacer para acaparar su cuota de campaña electoral, muy mermada por culpa de la crisis. Conscientes de su falta de tirón, ahora avisan de que anunciarán en un medio extranjero el cese de sus actividades a cambio de unas cuantas exigencias que, evidentemente, serán inasumibles, como es cualquier cosa que la banda pida por dejar de delinquir. Pues mira qué bien. Ganas que tienen de perder el tiempo. Con todos los comunicados inútiles que ha hecho la banda se podrían encuadernar varios volúmenes del grosor de los Episodios Nacionales. Sería más productivo que los escribas de ETA dedicasen su alambicada literatura al ensayo, como ha hecho Sarrionandia; al menos tendrían la satisfacción de recibir un premio. Si ETA albergaba la esperanza de conseguir, a golpe de panfleto y gracias al ardor de la batalla electoral, una manita de típex, lo tiene crudo, y si alguien aspiraba a beneficiarse en las urnas de un hipotético comunicado histórico de los terroristas, también. Ninguno de los movimientos de la banda indica que tenga intención de rendirse; y si algún día lo hace el mérito no será del partido que gobierne, sino de los ciudadanos de bien; de los que ahora tienen cosas más importantes de que preocuparse que de la repetitiva verborrea mentirosa de un grupo de matones en horas bajas que insisten en convertirse, a base de dar la tabarra con comunicados inanes, en una molesta y aburrida gota malaya.