Países Bajos
Controlar la vejiga ayuda a tomar las mejores decisiones
Controlar la vejiga mejora la capacidad de autocontrol de una persona a la hora de tomar decisiones sobre su futuro, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Twente, en Países Bajos, publicada en 'Psychological Science'.
La activación de un sólo deseo corporal-- excitación sexual, hambre o sed-- puede activar otro de ellos, sin aparente relación con el anterior. La investigadora Mirjam Tuk, de la Universidad de Twente diseñó un experimento para probar si el autocontrol sobre un deseo corporal puede generalizarse a otras esferas.
En concreto, quiso saber qué ocurría cuando las personas consiguen tener altos niveles de control de su vejiga. Así, hizo que los voluntarios tomaran cinco vasos de agua --el equivalente a 750 mililitros-- o pequeños sorbos de agua de cinco vasos diferentes.
La espera tiene recompensa
Pasados 40 minutos, el tiempo que tarda el agua en llegar a la vejiga, los investigadores valoraron el autocontrol de los participantes, a quienes se les pidió tomar ocho decisiones, todas ellas consistentes en recibir una pequeña recompensa inmediata o una recompensa mayor pero que llegaría más tarde. Por ejemplo, elegían entre recibir 16 dólares al día siguiente o 30 dólares en 35 días.
Descubrieron que las personas con la vejiga llena preferían esperar y recibir las mayores recompensas. Otros experimentos han reforzado esta relación. Por ejemplo, en uno, sólo pensar en palabras relacionadas con la micción provocó el mismo efecto. "Parece que se toman mejores decisiones con la vejiga llena", dice Tuk.
Así, quizá se debería beber una botella de agua antes de tomar decisiones sobre su cartera de acciones, por ejemplo. O quizá las tiendas que cuentan con las compras impulsivas deberían tener un baño disponible para los clientes, ya que sentirían un mayor deseo de comprar un gran televisor con la vejiga vacía.
Estos resultados resultan sorprendentes desde el punto de vista teórico. Diversas investigaciones en Psicología han respaldado el concepto del 'agotamiento del ego' o teoría del autocontrol, que se refiere a la idea de que tener que contenerse 'desgasta' el cerebro y hace más difícil ejercer autocontrol sobre algo más.
El trabajo de Tuk dice que esto parece funcionar de un modo diferente, quizá porque el control de la vejiga es, en gran medida, un proceso automático e inconsciente.
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