Mayte Martín: «Si quieres ser famoso no te dediques al flamenco»

Aún recordamos que en uno de sus últimos conciertos en Madrid dedicado a Manuel Alcántara avisó al personal, hambriento de cante jondo, que «nunca llegarán las seguiriyas». «Cada concierto es un viaje –explica ella–. En medio de ese clima poético no pega una seguiriya. Además, no utilizo al mismo guitarrista en un tipo de conciertos que en otros». En Madrid, esta noche, a espaldas del Palacio Real sí habrá seguiriyas y bulerías, cantiñas... porque el repertorio de esta actuación es jondo. Tampoco faltarán «Vidalita», «S.O.S.» y «Ten cuidado», esas canciones de su repertorio que el patio de butacas le solicita, sin excepción, en todos los conciertos.

El disco, tradición oral
Martín es una de las piedras angulares del flamenco catalán. Su carrera ha servido, entre otras cosas, para reivindicar que uno puede ser muy jondo sin tener acento andaluz. «El flamenco que se aprende por los discos también es transmisión oral. Si un artista es cálido no tiene por qué ser más frío o intelectual, aunque haya aprendido de grabaciones», argumenta ella. De padre andaluz, creció escuchando a los grandes, entre ellos La Niña de los Peines, y casi sin darse cuenta, empuñó el micrófono. Probablemente, es lo último inconsciente que hizo en su carrera, porque Martín es de las que cuida cada detalle fuera y dentro del escenario.

De hecho, ha sabido forjar su estilo sin renunciar a la heterodoxia, y no le convencen los experimentos para audiencias masivas: «Si quieres ser famoso, no te dediques al flamenco», sentencia, y añade: «Hay artistas jóvenes con talento, lo que hace falta es que se hagan las cosas pensando en el arte y no en tener el mayor éxito posible en el menor tiempo». Ella tiene paciencia, sabe que sus fans esperan su duende, sea festero, hondo o latino.