Amenaza al gobierno del 20-N

MADRID- Durante todo el mes de septiembre organizaron asambleas, encierros, manifestaciones y tres jornadas de huelga para protestar por las nuevas instrucciones de la Consejería de Educación que les obligan a trabajar 20 horas lectivas a la semana en lugar de 18. Pero ayer dejaron claro su verdadero objetivo: calentar el ambiente hasta las elecciones del 20-N. Además, los sindicatos docentes más representativos –CC OO, FETE-UGT, CSIF, ANPE y STEM– amenazaron también con convocar una huelga general de enseñanza después de los comicios si el gobierno elegido extiende a todo el país la política de ajustes que se está realizando en algunas comunidades autónomas. «Si nos recortan, no nos van a callar», declaró José Campos, de CC OO. De hecho, los paros van a continuar, al menos, hasta el 22 de octubre, cuando tendrá lugar la «gran manifestación» a la que se espera que acudan profesores de toda España. En esta línea se pronunció Carlos López, de FETE-UGT, que apostó por que la «unidad del profesorado sea el referente de esta manifestación» y sirva de «aviso» para el próximo gobierno.

Hasta el 22, los representantes sindicales tienen marcada una hoja de ruta que incluye tres jornadas de huelga (la de ayer, la de hoy y la del próximo día 20) además de manifestaciones y encierros, pero según adviertieron ayer ésto puede ser sólo el principio.

A pesar de las amenazas, las cifras de seguimiento de los paros de ayer reflejan que la huelga se desinfla. Según la Comunidad de Madrid, sólo un 32 por ciento de los profesores secundó los paros, –once puntos menos que el 20 de septiembre–, mientras que los sindicatos elevan el dato al 71 por ciento. Las consecuencias económicas que supone hacer huelga puede haber sido uno de los motivos que llevó ayer a muchos profesores a apoyar la huelga «sólo emocionalmente», como F. G., profesor de Tecnología del IES San Isidoro de Sevilla de Madrid. Y es que, según CC OO, por cada día que no asisten a clase pierden una media de 77 euros. Sin embargo, hay otros como José S., profesor de Filosofía del mismo centro que ya considera que «la huelga no puede ser eterna porque perjudica a los alumnos y a la imagen de la enseñanza pública». Por su parte, los estudiantes de 2º de Bachillerato se mostraron ayer «agobiados» porque desde que empezó el curso han tenido muy pocas clases, «casi no hemos dado temario y nos examinamos de Selectividad en junio».

Declaraciones que corroboran las palabras del vicepresidente regional, Ignacio González, que aseguró que las reivindicaciones de los sindicatos son de «tipo político» y que no se «compadecen» del buen funcionamiento escolar. Por su parte, el Defensor del Menor, Arturo Canalda, avisó de que las «reiteradas» huelgas pueden ocasionar «importantes incidencias» en el desarrollo curricular de los alumnos, por lo que apeló al sentido común de los profesores.

Haciendo oídos sordos a estas indicaciones, una «marea verde» de miles de personas se manifestaron ayer por tercera vez desde Neptuno hasta Sol bajo el lema «La educación no es gasto, es inversión».