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Reacción en Europa

La Razón
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Como era de esperar, hubo que llegar al borde del abismo para que los dirigentes europeos reaccionasen. Finalmente, se plantea una reestructuración de la deuda griega, al mismo tiempo que se habla de la recapitalización del sistema financiero europeo. Si bien el anuncio del pasado domingo no fue más que una declaración de intenciones aún por concretar, los mercados han reaccionado con exuberante entusiasmo.

Mucho crédito me parece que se da al anuncio de Merkel y Sarkozy. Que países con gran exceso de deuda puedan salvar con más deuda a bancos en problemas por tener demasiada deuda soberana parece una gran contradicción. Suponiendo que se articule un plan creíble para la recapitalización de la banca europea, el colapso financiero habrá sido evitado, pero no así un parón significativo de la actividad económica en Europa. De hecho, algunas de las medidas que se plantean, positivas a la larga, como subir los requisitos de capital a la banca, resultarán negativas para el crecimiento en el corto plazo. En un entorno de crédito muy escaso y de gran aversión al riesgo por la banca, no ayuda en nada la incertidumbre regulatoria en la que se encuentra el sector financiero.

Los bancos siguen cortando el crédito. Y quién los puede culpar: cuando no es Barroso el que habla de nuevas regulaciones, es el PSOE el que se descuelga con exóticas propuestas. Será seguramente rentable electoralmente atacar a la banca, pero muy caro sale la ausencia de crédito en España. No tenemos una crisis económica porque tengamos también una financiera, pero sin resolver esta última, será imposible atacar la primera.