Matute: «A mis 86 años soy una mujer con proyectos»

Matute ha comparecido hoy ante la prensa en Murcia, donde participa en la clausura de la decimoquinta edición del ciclo "Los Cervantes en Murcia", que organiza la fundación Cajamurcia.

La escritora ha asegurado que el Premio Cervantes le ha dado "muchos ánimos"para seguir trabajando, y ha reconocido que no sabe de dónde saca las fuerzas para ello.

"Mi hijo, que me acompaña a todas partes, está más cansado que yo. Yo misma me pregunto de dónde salen las fuerzas; no lo sé, pero mira, este gin tonic que me estoy tomando, me está sentando genial", ha bromeado.

La autora ha asegurado que no publicará sus memorias porque, a su juicio, "no tendrían ningún interés", y ha señalado que el libro con el que más ha disfrutado ha sido "Olvidado rey Gudú"(1996), mientras que sus preferencias como lectora pasan por los cuentos de Chejov.

Por el contrario, ha considerado que Caperucita "es el personaje más tonto de toda la literatura". "Lo de hacer caso al lobo, pase, pero que lo confunda con la abuela, ¡hay que ser imbécil!", ha dicho entre risas.

En su opinión, la literatura "hace más grande al ser humano"y le da pautas para "saber vivir". En su caso, escribir es algo que no puede evitar.

"La literatura es una forma de ser, yo vivo por, con y sobre todo en la literatura, no la contemplo, la soy", ha subrayado.

"No he hecho otra cosa en mi vida que escribir. No sé qué lugar ocupo yo dentro de la literatura, pero sí se qué lugar ocupa la literatura en mí: lo ocupa todo", ha añadido.

La escritora ha subrayado que añora "la juventud física", y que el tiempo la ha hecho "más vieja"y "arrugada", pero que le ha dado más de lo que le ha quitado.

Matute se ha considerado una "nostálgica, pero no de lo que ya ha pasado, sino de cosas que nunca han ocurrido"y que le hubiera gustado vivir, al tiempo que se ha definido como una "miedosa compulsiva", aunque ha asegurado que "el miedo a veces es bonito, porque encierra misterio".

En cuanto a la actualidad política, la escritora ha asegurado que solo le interesa en privado y ha insistido en que "el escritor puede hacer labor social, pero siempre sin renunciar a la literatura".