Los Ángeles
Spielberg: «Harrison Ford puede encarnar a Indiana hasta los 90»
Steven Spielberg, el "rey Midas"de Hollywood, afronta un final de año ajetreado con dos filmes por estrenar ("Tintin"y "Caballo de batalla"), momento en el que reflexiona sobre su carrera y divisa retos futuros: "Harrison Ford puede encarnar a Indiana Jones hasta los 90", dice a Efe.
Steven Allan Spielberg es historia del cine. Ha ganado dos Óscar como director por "La lista de Schindler"(1993) -coronada también mejor película- y "Salvad al soldado Ryan"(1998), pero los premios no definen ni por asomo el impacto de su trabajo en las retinas de millones de espectadores a lo largo de casi cuatro décadas.
Un tiempo en el que le ha dado tiempo a alternar obras de gran calado emocional ("El color púrpura", 1985; "Amistad", 1997) con abrumadores espectáculos basados en el puro entretenimiento ("Parque Jurásico", 1993; "La guerra de los mundos", 2005).
En esa categoría entra la franquicia de Indiana Jones, que hasta ahora ha dado cuatro títulos, entre los más comerciales de su carrera. Y la puerta sigue abierta a más.
"Creo que Harrison Ford puede encarnar a Indiana Jones hasta bien entrados los 90 años, aunque para entonces solo pueda comer puré", dijo rotundo el cineasta de 64 años, a quien le encantaría seguir dirigiendo hasta el fin de sus días.
"Ojalá, solo fijate en Clint Eastwood. Tiene 81 años y hace unas películas fascinantes", apuntó el realizador de Cincinnati, quien cree que la razón del éxito del personaje de Indiana Jones, creado por George Lucas y él mismo, es su afinidad con el público.
"La gente admira la imaginación de esas historias, el hecho de que te llevan a sitios y escenarios que nunca imaginarías ver", apuntó. "Es un héroe icónico, pero para nada pulido; un superviviente que se hace daño y sufre, lo cual le acerca más a una persona real que a un superhéroe", añadió.
Por ahora los planes del director pasan por "Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio"y "Caballo de batalla", dos propuestas muy distintas que llegarán a EE.UU. con apenas cuatro días de diferencia en diciembre.
"Sólo tienen en común que yo las dirigí, pero son productos nada identificables entre sí; son géneros y experiencias virtualmente diferentes, en las que creo que fui capaz de cambiar mi estilo lo suficiente como para que no se aprecie en absoluto que el director es la misma persona", admitió.
"Tintin"forma parte de ese grupo de obras de Spielberg visualmente arriesgadas, en este caso con el 3D y la técnica de "captura de movimiento", mientras que "Caballo de batalla"toca la fibra del espectador como ya lo hicieran "E.T."(1982) o "El imperio del sol"(1987).
Esa mezcla de proyectos de grandes presupuestos con otros más emotivos no es algo que busque a propósito, según confesó.
"No busco las historias, las historias acostumbran a encontrarme a mí", manifestó. "Muchos de los guiones que he elegido dirigir no los esperaba para nada. En el caso de 'Caballo de batalla' fue por una obra de teatro que vi en Londres y me enamoré de ella. Son cosas que suponen milagros para los cineastas y que hay que sentirse agradecido cuando ocurren", agregó.
¿Pero qué objetivos se marca alguien que lo ha conseguido todo? Spielberg asegura que aún tiene metas por alcanzar y que le encantaría rodar una historia de amor, un musical e incluso una comedia pura, pero que necesita encontrar el material adecuado.
"Siento hambre por llevar a cabo esos cometidos y estoy deseando hacerlo", afirmó un cineasta que, tras debutar con "El diablo sobre ruedas"(1971) e inaugurar el concepto "blockbuster"con "Tiburón"(1975), se ha mantenido en la primera línea de la meca del cine.
Y su pasión no ha hecho sino aumentar.
"Ahora mismo tengo más energía que hace 20 años y no sé cómo reconciliar esa realidad con mi edad física", declaró. "Estos años han sido como un entrenamiento mientras criaba a mis hijos, y ese es un esfuerzo mucho mayor que rodar películas. Al mismo tiempo mi apetito por contar historias ha ido a más; me encanta hacer películas y descubrir lo que encierra cada una de ellas", comentó.
Spielberg suena sincero en sus respuestas. Incluso cuando asegura que lo que más le satisface de todo el proceso es comprobar que el público disfruta con su creación.
"Esa respuesta te recuerda que tantos años de trabajo no han sido en balde. Ver ese entusiasmo es una sensación que nunca caduca y nunca deja de emocionarte", concluyó.
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