Cataluña

Nuevas medidas para frenar la prostitución

El Govern pide cambios legales para retener el vehículo de los clientes

La Razón
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BARCELONA- Ya lo dejó claro poco después de asumir la cartera de Interior en el gobierno catalán: la lucha contra la prostitución seria un estandarte de la conselleria que lidera Felip Puig. El departamento lleva toda la legislatura ideando iniciativas para frenar la venta de sexo en la vía pública.

El conseller esbozó sus intenciones en abril del año pasado, cuando anunció que iba a homogeneizar las ordenanzas de civismo municipales en torno a la prostitución. Cuatro meses más tarde, propuso modificar varios artículos de un decreto de la Ley de Carreteras, para poner coto y prohibir con la ley en la mano la venta de sexo en las carreteras de titularidad municipal, comarcal y autonómica. Unas sanciones a las que dio luz verde el Parlament en diciembre. Las multas (tanto a clientes como a prostitutas) llegaron a partir de junio, con sanciones que pueden ascender hasta los 30.000 euros.

La Generalitat se propone ahora frenar el turismo sexual en la frontera francesa, ya que muchos de los multados son de origen galo y muchas de las sanciones no surgen el efecto deseado. Para tratar de revertir esta tendencia, Puig desveló ayer que el Govern aboga por un cambio del código de circulación que permita inmovilizar los vehículos de los clientes de prostitutas de carretera. Interior entiende que si bien la multa no puede, a priori, representar un problema para el turista sexual; quedarse sin coche porque se lo ha inmovilizado la Policía sí podría suponer un freno a la tentativa de acometer un delito de prostitución.

Según explicó el conseller en la Junta Local de Seguridad celebrada en La Jonquera (Girona) , la inmovilización del vehículo podría suponer un avance en el objetivo de que la venta de sexo se acote únicamente a establecimientos y casas particulares. En este sentido, reclamó un cambio en el Código Penal para prohibir el ejercicio de la prostitución en espacios públicos y facilitar el trabajo de la Policía, tal y como sucede en Francia.