Cataluña

La noche y el día

La Razón
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La estrategia de Rubalcaba consiste en decir a todas horas que Rajoy carece de programa y que el PP no tiene un proyecto para España. El presidente de los populares demostró otra vez ayer, como ha venido haciendo en los últimos meses, que lo que dicen los «Valencianos-boys» no es sino propaganda electoral, y que la realidad es que el Partido Popular tiene un plan para este país. Otra cosa es que pueda funcionar o no, que eso sólo el tiempo lo dirá. Pero está claro que hay proyecto y que es completamente distinto al defendido estos años por los gobiernos de Zapatero y Rubalcaba. Con diferencias más que anecdóticas y visibles. La primera consiste, como manifestó expresamente Rajoy, en que «no hay lugar ni para el marketing ni para los artificios». Es decir, lo contrario de lo que caracterizó y caracteriza al socialismo gobernante, experto en «golpes de imagen» y en sorprender a la gente con propuestas tipo «Ministerio de Igualdad», que quedan muy bien para los titulares pero que a la hora de la verdad no sirven de nada.
En segundo lugar, Rajoy no quiere «peleas». Rubalcaba ha hecho de la pelea y la confrontación su bandera electoral. El dirigente gallego se propone, por el contrario, recuperar el «consenso democrático», el «diálogo con los demás», erradicar el sectarismo y sustituirlo por políticas de reconciliación y encuentro, justo lo que parece necesario en este momento de España.
En tercer lugar, es el del PP un programa previsible, orientado a cumplir los compromisos europeos de España. No de otra manera se puede interpretar el objetivo de cumplir en 2012 con el déficit marcado por la UE y la propuesta de garantizar la estabilidad presupuestaria en las administraciones públicas mediante ley.
En economía, el PSOE ofrece sobre todo más impuestos (para los ricos, para el tabaco y el alcohol y para las empresas a través del IVA), lo contrario de lo que dicen los populares. A pymes y autónomos se permitirá que no paguen el IVA hasta que no se cobren las facturas, y se reimplantará la deducción por compra de vivienda con el fin de reactivar la construcción. A los socialistas la construcción les da grima, pero hay que reconocer que no puede existir recuperación sin el sector de la construcción, dado que es un ámbito fundamental para que funcionen otros muchos sectores. Porque una cosa es la burbuja inmobiliaria y otra diferente que la construcción se encuentre hundida como ahora.
Y así en tantas cosas más. Se equivocan los que dicen que hay pocas diferencias entre el PP y el PSOE. Ambos son en realidad como la noche y el día. En cada aspecto que se aborde. Por ejemplo, sobre ETA. El PP se compromete a «no negociar con los terroristas», mientras que los socialistas «mantendrán y profundizarán» su actual estrategia. Y en Justicia propone Rajoy «recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad» frente a la propuesta de Pérez Rubalcaba de mantener la situación anómala que dio lugar al caos del estatuto de Cataluña.