Caso Faisán
La risa del Faisán
La gran carta moral que tenemos frente a ETA es el Estado democrático de Derecho. Si sus representantes se saltan nuestras leyes, ETA obtiene una victoria moral porque nos han puesto a su altura. Esa victoria es la que le hace reír al dueño del Faisán, cuando declara que los ocho o diez inspectores que había en su bar cuando el «chivatazo» saben mejor que él quién le dio el móvil del delito. La risa del Faisán es la del delincuente que le dice al Estado que lo juzga: «No eres mejor que yo porque tus policías cumplen órdenes ilegales; porque esconden a quien las dio; porque tus jueces no llegan al fondo de las responsabilidades de unos y otros». Quizá al PSOE no le importe tener a una ETA que una y otra vez lo mira como a un igual y se ríe de esa paradoja. Pero a los ciudadanos normales nos deben herir esas constantes insinuaciones. Y debemos hacer cuanto esté en nuestra mano para borrarle la risa a ETA; para que, después del 20-N del 2011, no pase con la X del Faisán lo que pasó, después del 3-M de 1996, con la X de los GAL.
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