Cataluña
Criadero de pelmazos pos Sabino Méndez
Los catalanistas quieren hacer creer a la gente que los catalanes queremos independizarnos pero, en realidad, de lo único que intentamos denodadamente emanciparnos es de la mentecatez. Yo, como buen catalán, rara vez me siento cómodo al hablar de lo que no tiene precio, pero a veces hay que comentar disparates que, verdaderamente, no lo tienen. Uno de ellos es cómo, hace una semana, mostró su insatisfacción el presidente de la Generalitat, Artur Mas, por la sentencia sobre la inmersión lingüística: se negó a hablar en castellano durante un rato.
Con ese simple gesto de guardería (por el que debería disculparse), ha dejado ya de ser, moralmente, el presidente de todos los catalanes. Fue elegido, por vías democráticas, para gobernarlos a TODOS, sin excepción, incluida la mitad de sus administrados, que aceptando noblemente esas reglas, son de lengua materna castellana.
Todos los que así somos, hemos aceptado la inmersión lingüística, aunque pensáramos que era injusta, sin negarnos por ello a hablar en catalán. Hemos hecho lo democráticamente civilizado: ir a los tribunales para justipreciar esa posible injusticia y nos han dado la razón. No hemos culpado a la lengua de los desmanes de sus partidarios. Imagínese Mas que, siguiendo su ejemplo, nos negáramos a hablar catalán en la calle. ¿No sería estúpido? ¿A eso llama promover la convivencia? Los catalanes estamos preparados para aceptar la inmersión lingüística, pero no sé si estamos preparados para aceptar a un presidente que no cumple las leyes. Luego, se preguntaran los catalanistas por qué va menos gente en Cataluña a la Diada que a un concierto de Shakira. El principal criadero de pelmazos del país, aparte de por supuesto el Congreso de los Diputados, empieza a ser el Parlamento autonómico. Deberían saber que, para cualquier convivencia, hay que reconocer por los menos dos cónyuges.
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