Al rescate de la generación más preparada de la Historia por Juan Rosell

Los últimos datos del paro han sido especialmente negativos y nos obligan a reflexionar aún más sobre cuestiones tan importantes como son la menor población, el aumento del paro, el incremento de funcionarios, la caída de contratos indefinidos y la tasa de desempleo juvenil.
Sobre este último ámbito, no puede obviarse que en España tenemos la tasa de paro juvenil más elevada de los países de nuestro entorno. Está ya en un 42%, frente a una media del 20,4% en Europa, según datos oficiales. Ante estas cifras debe volcarse en posibilitar el empleo juvenil porque solo así propiciaremos el futuro. Se necesita ineludiblemente mejorar la educación con reformas que afecten desde los primeros años de la enseñanza, sigan con la secundaria y deben incluir también la universitaria. Es imprescindible encauzar bien la formación integral de la persona desde el comienzo de los estudios y se requiere también impulsar un modelo de Formación Profesional más adecuado, moderna y acorde a las circunstancias actuales.

Los últimos datos de Eurostat indican que uno de cada cuatro jóvenes españoles de entre 16 y 24 años que no acabaron los estudios secundarios no está realizando ningún tipo de formación. Nuestro país es el tercero de la Unión Europea de los 27 con mayor tasa de abandono escolar temprano, situada en el 28,4%, tasa superada, únicamente, por Malta y Portugal. Estos datos evidencian que precisamos de una formación más orientada, tanto en aspectos prácticos como en conocimientos teóricos, a las necesidades y a la realidad del mercado laboral. Una formación que fomente la iniciativa privada, la vocación empresarial y el autoempleo.

Por lo que respecta a la formación, hay que referirse a la ventaja que ofrece el modelo alemán: la Formación Profesional Dual, y se desarrolla a través de la colaboración entre una empresa y la escuela profesional a tiempo parcial. Es un modelo basado en la posibilidad de combinar el ámbito educativo con el mercado de trabajo, mediante un proceso de aprendizaje de jóvenes de entre 16 y 20 años, que alternan formación en escuelas profesionales con prácticas en empresas. Éstas deben pagar una remuneración mensual al aprendiz, que varía según sector y región.

El sistema ofrece aspectos positivos para los empresarios, puesto que los planes formativos están vinculados a las necesidades reales de los diferentes sectores productivos y permite una alta identificación de los trabajadores con la empresa. También ofrece aspectos positivos a los aprendices, porque reciben una formación que les permite su incorporación rápida al mercado laboral y adquirir competencias tanto específicas como otras de carácter general. Al finalizar este periodo formativo, el 75% de los alumnos son contratados por las empresas en las que realizaron las prácticas.

El Estado también obtiene ventajas, porque es un sistema en el que la responsabilidad está compartida entre el sector público y el sector privado, lo que permite que la contribución del sector privado aligere la carga de los Presupuestos del Estado. Al mismo tiempo, la formación y la contratación están vinculadas y se consigue unas bajas tasas de desempleo juvenil. Recordemos que el desempleo juvenil en Alemania es de un 8%, frente al 42% español. Además, la cotización a la Seguridad Social se inicia en edades tempranas, lo que facilita un elevado número de cotizantes.

En cualquier caso, traspasar este sistema al actual modelo español no resulta fácil, al menos a corto plazo, porque requiere amplio consenso entre agentes sociales, administraciones del Estado y Autonomías, escuelas y empresas; pero es una de las alternativas sobre las que debemos reflexionar.

Para la opción del autoempleo es fundamental que cambie no sólo la estructura y la práctica de los planes de estudios a todos los niveles, sino también la mentalidad de la sociedad española. Una sociedad que ha de ver en la figura del empresario a una persona que tiene ideas, acepta el riesgo de iniciarlas, crea empleo y se convierte en motor de la economía y del progreso de un país. Es el protagonismo de alguien que sabe que posibilitando el empleo juvenil, propicia el futuro.

Juan Rosell
Presidente de la CEOE

Talento a la fuga
- La emigración ya es una tónica. La mayoría de jóvenes que se «mudan» a otro país cumple el perfil de profesional con un nivel elevado de cualificación. Es una fuga de futuros «grandes cerebros».
- España registra por primera vez en décadas un saldo migratorio negativo. Un estudio elaborado por Adecco señala que, entre abril de 2008 y abril de 2010, se duplicó el número de personas que solicitaron trabajar fuera de España.
- Un ejemplo: Reino Unido ha visto con preocupación cómo la inmigración española ha crecido un 85 por ciento en doce meses.
- Esta nueva realidad denota dos aspectos: la pérdida de la innovación de un país, así como un retroceso en su evolución.

El futuro incierto de los «ni-nis»
- En 2009 saltaron todas las alarmas: alrededor de 562.000 jóvenes de entre 20 y 29 años ni estudiaban ni trabajaban ni buscaban su primer empleo, según la Encuesta de Población Activa. Era el nacimiento de lo que hoy se conoce como la generación «ni-ni».
- A día de hoy, alrededor de un 14 por ciento de los jóvenes ni estudian ni trabajan, si bien es cierto que, en un 70 por ciento de los casos, están buscando empleo.
- El pasado año, la Comisión Europea desveló que nuestro país, Bulgaria, Italia e Irlanda lideraban los porcentajes de «ni-nis» a nivel europeo. Mientras, la media de la UE se situaba en un 10,8 por ciento.

Marta Lucas (25)
Psicóloga
«La solución es irse de España»
Marta no ha podido ejercer de psicóloga. Se ha dado un plazo: si en las Navidades de 2012 no ha encontrado nada, se irá de España. «Ganas más de camarero en Londres que de psicólogo en España», dice.

Daniel Repullo (33)
Responsable de marketing
«Las empresas utilizan la crisis como excusa»
Dani lleva 30 entrevistas de trabajo desde que se quedara en paro en mayo. Cree que hay crisis, cierto, pero que la sufre más el pequeño comerciante. «Las empresas aprovechan la coyuntura», afirma.

Alejandro Parrilla (23)
Soldador
«No hay trabajo en ningún lado»
Alejandro comenzó de soldador, pero la crisis provocó el cierre de su empresa. Asegura que «desde entonces me he tenido que ganar la vida como reponedor o camarero. El panorama es muy negativo».

Cristina Recio (30)
Técnico superior de análisis
«La desesperación te come poco a poco»
En paro desde el pasado mayo, confía en que el curso de formación que empezó este mes le depare un trabajo digno. «Hasta que me cogieron, estaba que me subía por las paredes, como Spiderman», ironiza.

David Hidalgo (23 )
Repartidor
«Los jóvenes necesitamos cambios»
Para David, algo tiene que cambiar. Lleva en paro los últimos tres meses. Residente en el sur de Madrid, su situación es crítica. Pide «cambios que mejoren la situación de los jóvenes».