El juicio contra Camps una oportunidad para demostrar que se paga sus trajes

 La decisión del magistrado José Flors de juzgar al jefe del Consell, al exsecretario general del PPCV Ricardo Costa, al exvicepresidente del Consell Víctor Campos y al exjefe de gabinete de la Conselleria de Turismo Rafael Betoret llega veintinueve meses después de que Camps conociera por teléfono y a las seis de la mañana su implicación en este caso.

"En Democracia, a diferencia de la dictadura, quien llama al albor de la mañana es el lechero y no una falsa imputación", afirmaba Camps tras conocer que Baltasar Garzón le acusaba de haber recibido, al igual que el resto de imputados, prendas de vestir regaladas por una trama corrupta.

Para aquella ocasión el president compareció arropado por trece de sus catorce consellers y por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en una imagen de apoyo total que se ha repetido en todo momento y que además de en actos multitudinarios y aplausos, se ha reflejado en múltiples declaraciones.

El presidente provincial del PP en Valencia, Alfonso Rus, fue el primero en proponer un acto de apoyo con militantes del PP, mientras que su homólogo en Castellón, Carlos Fabra, se adelantó a poner "la mano en el fuego"por el jefe del Consell, algo que no se hizo en Alicante: José Joaquín Ripoll fue el único responsable dentro del partido que le exigió responsabilidades.

El respaldo a Camps se extendió en su primer acto público en Madrid tras conocerse su implicación, donde aseveró: "Claro que me pago mis trajes", bajo la atenta mirada de la cúpula del PP con su presidente, Mariano Rajoy, a la cabeza.

Éste siempre se ha mostrado convencido de que nadie se vendería "por tres trajes"y no dudó en dirigir un rotundo "yo creo en ti"al president, al que también aseguró: "Siempre estaré detrás de ti, o delante, o a un lado", en un mitin que ofreció en Valencia.

Pero si en algún sitio ha encontrado Camps un apoyo incondicional ha sido en Les Corts, donde su grupo parlamentario le ha recibido con aplausos y puesto en pie a su llegada a las sesiones de control, donde la oposición le ha preguntado reiteradamente por su relación con la trama Gürtel.

Les Corts han sido también el escenario donde el jefe del Consell, poco dado a las comparecencias ante los medios, ha aprovechado para proclamar su inocencia. "Todo esto se caerá por su propio peso, lo que pasa es que todo tiene unos tiempos y unos plazos, y ya le he dicho que queda un ratito largo", afirmó.

Las "ganas locas, locas"que manifestó Camps en una sesión de control parlamentaria de que se supiera la verdad hizo que se mostrara "muy contento y satisfecho"el día que declaró ante el juez, sentimientos que seguramente también tuvo el 3 de agosto de 2009, cuando la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV decidió archivar la causa abierta contra él.

La tranquilidad que primó en los meses siguientes se disipó en octubre tras hacerse público parte del sumario del caso Gürtel, en el que aparecían conversaciones entre cabecillas de la trama como Francisco Correa o Álvaro Pérez, "El Bigotes", y responsables del PPCV.

Ricardo Costa, al que Correa auguraba un puesto en la Generalitat y para el que Pérez gestionó la compra de un vehículo de alta gama, fue el máximo perjudicado por estas revelaciones que llevaron finalmente a su destitución tras un tira y afloja entre las direcciones nacional y regional del partido.

El 12 de mayo de 2010, el TSJCV reabrió la causa contra Camps y el resto de imputados por recibir supuestamente regalos de la trama Gürtel y el jefe del Consell respondía: "Desde Finisterre hasta Cabo de Gata"los españoles saben que él es "absolutamente inocente".

"No me preocupa nada, como Juan sin miedo, porque nada temo", dijo entonces un Camps que ha venido sosteniendo su inocencia, al igual que ha logrado mantener el apoyo de su partido que, tras varios meses de rumores, lo confirmó como candidato a la reelección en la Generalitat, donde ha reeditado su mayoría absoluta por tercer mandato consecutivo.