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El Govern dice que los recortes en bienestar no afectarán a los servicios

El presupuesto de Salud cae 432 millones y el de Enseñanza 238 millones

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BARCELONA- Los departamentos que concentran el gasto social (Salud, Enseñanza, Bienestar Social y Familia) volverán a experimentar en 2012 una reducción presupuestaria, aunque según aseguró ayer el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, «la disminución de estos recursos no implicará ninguna disminución en los servicios públicos». El conseller de Economía aseguró que medidas como el aumento de ingresos (a través de nuevos impuestos y de ventas de patrimonio) y el recorte de las condiciones de los empleados públicos contribuirán a mantener la calidad de todas las prestaciones sociales, es decir, que el estado del bienestar no se resentirá.
A falta de ver que, efectivamente, el Govern podrá hacer «más con menos», como pedía Artur Mas al comienzo del mandato, lo cierto es que los departamentos más sensibles tendrán que apañarse con menos presupuesto. El recorte no es tan severo como en 2011, pero es significativo. En números absolutos, el que sufre la mayor restricción es el de Salud (-432 millones, el 4,8 por ciento menos que en 2011), seguido del de Enseñanza (-238,3 millones, -4,9 por ciento).
Todos los departamentos volverán a tener menos dotación presupuestaria por segundo año consecutivo, salvo el de Territorio y Sostenibilidad, que recupera parte de lo que perdió el anterior ejercicio. La conselleria que dirige Lluís Recoder tendrá a su disposición 1.564 millones de euros (+201,7 millones), aunque no se iniciarán nuevos proyectos, sino que se retomarán con mayor ímpetu los planificados.
Mas-Colell subrayó que los principios que han guiado la redacción del proyecto de este año han sido la austeridad, la prioridad en el gasto social y la credibilidad. El conseller recordó que al tomar las riendas del departamento aseguró que en el primer año el esfuerzo se centraría en los gastos, mientras que en 2012 se reparte entre ingresos y gastos. Y así se está haciendo, vino a decir Mas-Colell.
El titular de Economía no se atrevió a aventurar si éste es el último año en que se llevan ajustes, ya que todo dependerá, según dijo, de la evolución de la economía europea. En principio, la economía catalana sólo crecerá al ritmo del turismo y de las exportaciones y, por tanto, lo hará de forma muy leve (menos del 1 por ciento, según la primera estimación de la Generalitat de cara a los próximos 12 meses).
Con un crecimiento tan inapreciable, los ajustes y la presión fiscal tendrá que continuar a un ritmo parecido al de 2012. En todo caso, el gobierno catalán confía en que el próximo año sí que logrará cumplir con el objetivo del déficit de 1,3 por ciento y de esta manera se reforzará su credibilidad en los mercados, lo que podría facilitar su acceso al crédito.
La batalla de los números rojos
La lucha contra el déficit ha centrado las grandes obsesiones del Govern. Después de heredar un desequilibrio de las cuentas en 2010 del 4,22 por ciento, confía en cerrar el año 2011 con un 2,66 por ciento (para ello tendría que lograr escabullirse de las cuatro décimas que representan la no llegada de los 759 millones correspondientes a la disposición adicional tercera del Estatut).
En todo caso, se ha recorrido mucho camino en este sentido y la Generalitat considera crucial porque no tiene otro remedio dadas las reglas del juego.