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Doberman Aguirre

La Razón
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Algunos no son capaces de ponerle el cascabel al gato, pero le ponen la raza al perro. Le pusieron doberman a Alvarez Cascos en sus tiempos de general «mano de hierro», y ahora Esperanza Aguirre tiene la sensación de que ella puede ser la versión femenina del doberman al uso con vistas a la campaña electoral. Esta raza se debe a la iniciativa de Karl Dobermann, que a finales del siglo XIX quiso crear un tipo de perro que sirviera eficazmente a su trabajo como recaudador de impuestos y que tuviera como función protegerle frente a potenciales asaltantes interesados en robarle lo recaudado. El doberman es un perro de carácter enérgico, orgulloso e impulsivo, que siempre que reciba un buen adiestramiento, se muestra estable, asentado y sociable. Pero si no se le trata con respeto, puede volverse agresivo, inestable y muy peligroso. Otros dicen que es valiente, cariñoso, vivaz, decidido y elegante, y depende de en qué momento, reacciona de una u otra manera.
El alemán en cuestión consiguió esta raza mezclando otras cinco: rottweiler (animal muy inteligente), beauceron (fuerte), weimaraner (cazador), manchester terrier (ligero y atlético) y pinscher (cuidador y guardián). Aguirre podría ser un doberman que atesora todas las cualidades para conseguir ésta: inteligente, fuerte, cazadora de votos, ligera y atlética en sus movimientos políticos, y cuidadora y guardián de la casa que le han confiado los madrileños. Que no se mosquee ni un pelo, como diríamos sus paisanos castizos, porque podría ser una doberman muy madrileña, sin ánimo peyorativo.